Cuando se habla de religión cristiana, ¿qué se quiere decir? Porque una inmensa mayoría de personas en el mundo, dicen que son practicante de la misma. Sin embargo nuestra sociedad, cada vez está más deteriorada. Sin embargo Jesús nunca habló de religión, Él dijo; Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia. Juan 10:10
Cuando vamos a las enseñanzas bíblicas descubrimos que ellas permanentemente hablan de vivir en Cristo, y no de prácticas religiosas. Las prácticas religiosas son circunstanciales en la vida de las personas, son rituales que se deben cumplir de acuerdo al programa que tenga la religión, la denominación o la congregación. Pero, que normalmente no inciden en la conducta y comportamiento diario de las personas, a tal punto que existe una dualidad de vida, que se conoce como vida secular y vida religiosa. Es decir que en la práctica lo espiritual no hay que mesclar con el diario vivir, lo espiritual se debe dejar para vivir en los templos o catedrales, pero no en el hogar con la familia, menos aún en el trabajo o en las salidas con los amigos. Son actitudes paralelas. ¿Será que es así? La biblia dice; El que dice que está unido a Dios, debe vivir como vivió nuestro Señor Jesucristo. 1 Juan 2:6
La vida en Cristo es diferente, no es una vida religiosa, es vida espiritual, es una actitud práctica de vida, es integral, afecta para bien todo el ser, espíritu, alma, y cuerpo, e involucra todas las circunstancias del diario andar. Conduce a ser una persona íntegra, de una sola pieza, no hay lugar para algo secular, todo es espiritual, en todo tiempo y lugar se debe depender del Espíritu de Cristo.
El trato con la familia, la responsabilidad en el trabajo, los momentos de diversión, todo debe estar “supervisado” o aprobado por la palabra de Dios y guiado por el Espíritu de Cristo. Ahora bien, no hay que confundir palabra de Dios, con enseñanza humana que muchas veces está direccionada para manipular la vida de la persona.
Por eso es necesario conocer a Dios, conocer su palabra escrita, meditarla y permitir que el Espíritu de verdad enseñe y convenza, cuál es la voluntad o propósito de Dios para cada persona en particular. Esto dijo Jesús; Escrito está en los profetas: Y todos serán enseñados por Dios. Así que, todo aquel que ha oído al Padre y ha aprendido de él viene a mí. Cuando Dios nos enseña por medio de su Espíritu, todo es diferente, comenzamos a vivir en Cristo de una manera natural, sin religiosidad, sin ritualismo.
Esto libera porque no hay que pensar, “que puedo hacer para Dios”, sino sencillamente preguntar a Dios, ¿Cuáles son las buenas obras que tu preparaste, para que yo ande en ellas? Sin dudar el Espíritu le hará entender que todo lo bueno que usted haga en beneficio del prójimo sin distinción, es obra que Dios le impulsa a realizar y de esa manera, está sirviendo a Dios.
La vida en Cristo es preciosa, es desafiante, nos impulsa a buscar más de él, a tener una mayor dependencia del Espíritu Santo, a meditar más en su palabra, nos hace sabio para hacer el bien, e inteligente para apartarnos del mal. Además en las peores circunstancias se puede tener paz interior, y el mayor compromiso se tiene con el Señor que redimió nuestros pecados, haciéndonos caminar continuamente a la luz de su preciosa palabra.
Podemos decir como el apóstol Pablo; Para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.