domingo, 16 de abril de 2023

Lo fácil no ayuda al crecimiento.

Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 2 Timoteo 2:1-3

Las personas somos propensas a buscar o querer las cosas fáciles, tratamos de evitar todo aquello que propone tener que esforzarnos, y en este tiempo mucho más. También en lo espiritual nos comportamos de la misma manera, esperamos que sea otro el que nos diga lo que tenemos que hacer o decir. La lectura de la biblia, la alabanza a Dios son cosas que casi no se practica en las congregaciones, solo escuchan y miran los videos, aun la oración se pide que lo haga otro por la persona necesitada, en lugar de enseñarle a orar.

Sin embargo, como se puede apreciar en estos versículos y en otros también, el común denominador es el esfuerzo personal en la gracia recibida. Quizás usted se pregunte ¿Por qué debo esforzarme en aquello que anhelo o deseo para mi bien?  La respuesta es sencilla pero no fácil de aceptar, porque por causa de nuestra naturaleza caída todo lo malo, lo nocivo o destructivo no requiere de ningún esfuerzo de nuestra parte, sale solo. Pero, todo lo bueno, lo que edifica, lo que ayuda, lo que es para mi bien y el de los demás, requiere ser esforzado y valiente, porque va contra la corriente de este mundo.

Así también cuesta creer, aceptar, obedecer y caminar en la verdad del evangelio de Jesucristo. La mayoría de las veces ocurre que, las cosas que el Señor nos pide que hagamos o dejemos, en oración pedimos todo lo contrario. Por ejemplo; su palabra dice; Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4: 31-32, nosotros decimos, Señor quítame la amargura, el enojo, los vicios, la maldad que hay en mí, y así podré serte fiel.

Sin embargo, la palabra nos dice que somos nosotros, los que tenemos que dejar todas esas cosas que no nos permite tener una vida de plenitud, y debemos incorporar lo nuevo de Cristo. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Colosenses 3:14

Una vez que vivamos esta experiencia, podemos también y debemos encargar a creyentes fieles, para que ellos también sean idóneos enseñando a otros lo mismo.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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