domingo, 30 de abril de 2023

Pensando en los trabajadores, hombres y mujeres por igual.

Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara. Génesis 2:15

El trabajo dignifica al ser humano, Dios ha capacitado a la persona para hacer cosas buenas en un lugar específico a través del trabajo físico o intelectual. Pero vivimos en un mundo de injusticia, desigualdades, abusos, engaños y mentiras, donde no se valora la actividad laboral honesta. Con tristeza hay que reconocer que los más perjudicados son los integrantes de la clase obrera. Son los hombres y mujeres laboriosos, las personas que siempre están presentes a la hora de realizar los trabajos necesarios para obtener el sustento diario del ser humano. Sin embargo, no son reconocidos, muchas veces son mal pagados, abusando de su nobleza y necesidad de trabajar. Pero ellos a pesar de todo siempre están dispuestos, aun al sacrificio propio o de su familia, con el propósito de ayudar al otro. La biblia dice; Dulce es el sueño del trabajador, como poca o coma mucho, y digno es el obrero de su salario.

Pero también es cierto, que muchas veces la parte patronal trata mal a sus trabajadores, no pagándole lo que corresponde, no proveyendo el equipamiento de herramientas y seguridad requeridos, no respetando sus horas de descanso necesarios, no depositando los aportes retenidos para que el día de mañana puedan obtener una jubilación digna. Por eso la biblia también menciona y recuerda a la patronal esto; No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.

Cuando los empleadores no pagan lo que corresponde, no le otorgan los francos o vacaciones que por ley corresponde, cuando no le pagan en tiempo y forma, están oprimiendo y robando al prójimo, en forma consciente o inconsciente, pero eso no los libera de sus responsabilidades.

Pero hay que saber que, aunque los gobiernos no asuman su responsabilidad por el bienestar de los trabajadores, controlando que sus aportes sean depositados, y los sindicatos que deben defenderlos, miren para otro lado, mientras los patrones continúan explotando a las personas. Los obreros y empleados, nunca están totalmente desamparados, hay alguien que todo lo ve y todo lo sabe, y en su palabra está escrito; el que oprime al pobre afrenta a su Hacedor. Dios es quien protege y hace justicia a todos los desvalidos.

Por eso el salmista escribió, Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición. Salmo 37:25

Trabajadores, hombres y mujeres laboriosos, confíen siempre en Dios, Él es su protector. ¡Celebren con gozo el día del trabajador!

Los abraza en Cristo. P. Sosa

viernes, 28 de abril de 2023

Usando el filtro de la palabra de Dios.

Sométanlo todo a prueba y retengan lo bueno. Apártense de toda clase de mal. 
1 Tesalonicenses 5:21-24
El mundo actual se caracteriza por estar plagado de engaños y mentiras. ¡Qué difícil es hallar sinceridad en las promesas humanas! Eso hace que las personas se vuelvan incrédulas, porque no pueden encontrar personas creíbles. Esto ocurre en todos los ámbitos de la sociedad, como ser; en la política, en la economía, en el deporte, en la religión, en el gobierno, tanto en el oficialismo, como así también en la oposición.
Las congregaciones tampoco escapan a esto, de mezclar desde los púlpitos, mentiras y verdades en el mismo paquete. Por esto es necesario conocer Las Sagradas Escrituras, y así poder someter a prueba las predicaciones y enseñanzas que se dan desde los púlpitos. No es pecado examinar a la luz de la biblia todo lo que se escucha o se oye como palabra de Dios. Porque se dicen y se enseñan cosas en nombre de Dios, que Dios no dice y menos aún que se enseñe en su nombre, doctrinas religiosas o de hombres que no conocen a Dios, aun cuando digan conocerlo. Muchas veces se hace proselitismo y no discipulado. El proselitismo divide, en cambio el discipulado une al cuerpo en el Espíritu.
Nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo por amor a nosotros, Jesús no vino a condenar a las personas, vino a restaurar la comunión entre el hombre y Dios.
Jesús dijo; Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Marcos 12:29.
Dios es amor, y la enseñanza del Señor, si somos sus seguidores, nos manda que nos amemos unos a otros, que seamos misericordiosos unos con otros, que nos perdonemos unos a otros así como Dios nos perdona en Cristo a cada uno de nosotros. Por lo tanto, no tenemos excusas para andar enemistados entre congregaciones, menos aún entre hermanos en la fe desconfiando unos de otros. Dios nos ha dado su Santo Espíritu, el cual nos asegura que somos sus hijos, y nos da discernimiento espiritual para conocernos entre nosotros, para saber diferenciar lo falso de lo genuino o autentico.
En la biblia tenemos todo lo que necesitamos saber acerca de la obra Redentora de Cristo en la cruz, como así también todo lo que necesitamos aprender, para acomodar nuestra vida a la voluntad de Dios, o sea como tener una vida que agrade a Dios. Jesús dijo; El que es de Dios, las palabras de Dios oye. Juan 8:47. Es preciso tener en cuenta este consejo del apóstol Pablo, para no ser engañados en nombre de Dios.
Escuche las predicaciones, reciba las enseñanzas, pero, examine si esas predicas y enseñanzas están de acuerdo a lo que está escrito en la biblia.
El Señor les de entendimiento y sabiduría para examinarlo todo, y retener lo bueno.
Los abraza en Cristo. P. Sosa

miércoles, 26 de abril de 2023

Es bueno pensar en esto que escribió el apóstol Pablo:

Nosotros, los que sí sabemos lo que Dios quiere, no debemos pensar sólo en lo que es bueno para nosotros mismos. Más bien, debemos ayudar a los que todavía no tienen esa seguridad. Todos debemos apoyar a los demás, y buscar su bien. Así los ayudaremos a confiar más en Dios.

Romanos 15

Este pasaje de las Escrituras es muy interesante, porque llama la atención a todos aquellos que normalmente se jactan de su conocimiento de las Escrituras y dicen saber todo lo que Dios dice. Pero, que muchas veces, no están dispuestos a ayudar o a soportar al que sabe menos, y que todavía le cuesta entender algunas cosas. Al contrario, se suele tener una actitud de crítica sin compasión hacia esas personas. Sin embargo la recomendación bíblica es, que se debe pensar en los demás, antes que en nosotros mismos.

Nos alienta a ser generoso y apoyar, ayudando al prójimo a buscar su bienestar espiritual, pero también en lo físico y material, enseñándole con paciencia a confiar en Dios y depender de él, en toda situación que le toque atravesar. Si es posible, ponerse uno como ejemplo a seguir de cómo confiar en Dios. Recordar, que alguien nos ayudó a salir adelante en algún momento de nuestra vida también.

Alentar y ayudar a otro siempre es difícil, hasta cuesta lágrimas, poder hacerle entender que son valiosos, y que también ellos pueden crecer como personas y en el conocimiento de Dios, que si procuran hacerlo sin duda lo van a lograr.

Usted, usando paciencia, ¿está dispuesto para ayudar a encaminarse a otros en el conocimiento de Dios?

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 24 de abril de 2023

Esto está escrito en La Biblia.

Dios dice: Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3

El momento que vivimos se pone cada vez más complicado, y las personas no saben a quién acudir en busca de ayuda, por eso es de sabio enterarse de esto que dice Dios.

Usted quizás se pregunte, ¿Qué es el clamor? Según el diccionario; es un grito proferido con fuerza, voz lastimera que expresa aflicción.

Esto es importante saber, porque la mayoría de las personas acuden a Dios, en momento de angustia o aflicción, por medio de un tercero, porque creen que a ellas Dios, no les va a escuchar. Sin embargo la propuesta de Dios es que en momentos de angustia y aflicción, sus oídos están atentos para escuchar el clamor de la persona, y no solo escuchar, sino también dar respuesta a ese clamor. Porque, quien mejor que la persona para expresarse ante la presencia de Dios, y decirle lo que le está pasando o lo que está necesitando, y aun si las palabras no le salen, puede derramar lágrimas ante él, que es la forma más profunda de clamor, y Dios que conoce el idioma de las lágrimas, responde a ese clamor.

Pero Dios no se detiene ahí, sino que él va más allá de esa situación y se ocupa de enseñar a la persona que claman a él y esperan su respuesta. Les quiere enseñar todas aquellas cosas que hacen al buen vivir, pero que las personas desconocen, por no conocer a Dios.

La biblia dice; Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Esto es muy importante recordar siempre, Dios siempre espera que las personas se acerquen a él, para él acercarse a la persona, recuerden que la persona es libre de elegir a quien pedir ayuda, tristemente no siempre acude a Dios. Pero, la invitación está hecha, Dios espera oír el pedido de ayuda, ese profundo clamor que sale de un alma dolorida para darle esa ayuda que necesita.

¡Anímese! No espere que alguien clame por usted, ¡usted puede hacerlo!, Dios le escucha y va a responder, porque le ama y quiere que usted tenga esperanza renovada.

Jesús dijo; el que a mí viene, no le echo fuera.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

viernes, 21 de abril de 2023

Predicar es importante y enseñar es necesario.

Recuérdales esto, exhortándolos delante del Señor a que no discutan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2 Timoteo2:14-15

Qué importante es saber cuándo se debe discutir algo y cuando no. Normalmente se discute sobre temas que no se conoce en profundidad, o que no se tiene información suficiente, y termina siendo una discusión sin sentido.  Muchas veces esas discusiones, trae enemistades porque se busca demostrar cuanto se sabe, y no, para sacar el mejor provecho de esa conversación, eso hace que en lugar de ser una discusión constructiva, pasa a ser destructiva de amistad o compañerismo.

El consejo apostólico es; procurar presentarse aprobado delante de Dios, eso es muy importante porque tiene trascendencia eterna y no solamente para esta vida presente. Eso trae edificación personal y crecimiento, pero también ayuda a los demás para mejorar su calidad de vida. Porque la conversación se fundamenta en lo que dice la palabra de Dios, y la mejor manera de aplicarla a nuestra vida actual, además a Dios no se le puede versear porque Él conoce todo antes de que le digamos.

Los creyentes en Cristo, estamos llamados a predicar y enseñar la palabra de Dios, no nuestros deseos o pensamientos, no el programa de la congregación, tampoco religión, menos aun predicar juicio o condenación a las personas. Nuestro deber es, hablar del amor de Dios y la compasión hacia cada persona. Decirles que Jesús no vino a condenar a las personas, sino a salvarlas por medio de su muerte en la cruz, resucitando al tercer día para darles una nueva vida plena y abundante, perdonando sus pecados, santificándolas por medio de su Espíritu, para que vivan con esa esperanza renovada, como así también la seguridad de la vida eterna con Dios.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 19 de abril de 2023

La gratitud siempre es la mejor opción.

Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 1 Tesalonicenses 5:12-24

Vivimos en un mundo caracterizado por el descontento social con quejas y reclamos, muchas veces acompañados de la violencia, sin respuesta satisfactoria por parte de las autoridades, y cada vez son más las naciones afectadas por este problema.

También las congregaciones han sido afectadas por estas conductas de injusticia y violencia. ¿Por qué? Por la sencilla razón de no tener en cuenta la enseñanza de Jesús.

Al olvidar que aunque estamos en el mundo, no somos del mundo. Permitiendo así, la influencia del mundo y su conducta en la vida del creyente. Aparece el descontento, quejas y reclamos al no ser escuchados y contenidos por sus líderes o gobernantes.

La enseñanza bíblica es clara con respecto a la conducta del creyente en todo lugar donde se mueva. Como ser, el hogar, el trabajo, el deporte, la recreación, en su barrio y ciudad, con su actitud, conducta y pensamiento debe manifestar la influencia en su vida, de las enseñanzas que Cristo da a sus seguidores.

Tenemos la responsabilidad de extender el reino de Dios en este mundo. Para eso, no solo hay que declarar lo que dicen las Sagradas Escrituras, sino también acompañar con nuestra conducta diaria esas enseñanzas, manifestando así que creemos lo que decimos, si funciona en nosotros, también funcionará en los demás.  Por eso el apóstol Pablo, les recuerda a los Tesalonicenses, y hoy a nosotros, cuál debe ser el comportamiento dentro de la congregación, para luego extenderse hacia afuera influenciando a la sociedad en la que vivimos.

La conducta del creyente debe caracterizarse, por el amor, el gozo, la paz, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y el dominio propio. Muchas veces se piensa que eso es debilidad de carácter, sin embargo no es así, es el fruto del Espíritu. Eso es el carácter de Cristo en la vida del creyente, es lo que todo creyente en Cristo debe manifestar. Usted dirá; eso es muy difícil, sí, es difícil, pero no imposible. Solo requiere de querer, de voluntad y perseverancia.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.