Mujer, es bueno que juntos reflexionemos ante los
acontecimientos actuales en cuanto a la violencia de género.
Por lo que vemos y oímos en los noticieros, en
lugar de disminuir esa violencia demencial, es como si aumentara cada día, no
solo contra la pareja sino también contra los hijos que haya en común o
aquellos que son el resultado de otra relación.
Aparentemente esto no tiene solución a pesar de las
leyes que existen, o las restricciones que se dicten o las denuncias que se
hagan. Nada parece detener esta locura.
¿Qué se puede hacer? ¿Cómo cambiar esa conducta?
Porque ya hemos visto el fracaso al aplicar las
leyes, las marchas que se realizan y de la justicia al tratar de cambiar esta
conducta violenta.
Es aquí donde quiero proponer a todas las mujeres,
que sean ustedes con la ayuda de Dios, que comiencen a producir un cambio en la
conducta del varón.
¿Cómo? me dirán ustedes.
Es una tarea de paciencia, perseverancia y
responsabilidad pues es un proyecto a mediano y largo plazo, que involucra a
las madres, pero también a las docentes y es algo que puede producir cambios
para el bien del ser humano.
¿Por qué me dirijo a ustedes? Porque son ustedes,
las mujeres, que tienen el privilegio y la responsabilidad de estar cerca de sus
hijos y sus alumnos la gran mayoría del tiempo. Es más, tienen a su alcance
esas mentes tiernas y maleables preparadas para recibir, instrucción, educación
y formación, no desaprovechen esa hermosa oportunidad de ser las constructoras
de conductas individuales responsables y sanas.
No esperen que sea el Estado o las Instituciones
que realicen esta tarea, tanto el uno como el otro pueden colaborar o ayudar en
esto, pero es responsabilidad del hogar la formación moral de las personas.
Queridas madres, si priorizan la enseñanza de sus
hijos, pueden lograr ese cambio de actitud. Pero no esperen que se hagan grandes
para comenzar esa tarea. Háganlo desde que están en sus vientres, háblenle a
ese niño que está en formación física y allí comiencen a formarlos moralmente,
inculcando en su mente en formación los valores y principios de respeto, de
responsabilidad y valorización de la vida humana de la mujer.
Enseñándole que una mujer no es un objeto
descartable, sino una persona valiosa, con sentimientos y afectos que deben ser
respetado por el varón
Cuando ese niño crezca, continúen con esa enseñanza
teórica y práctica, no permitiendo a los adolescentes y jóvenes, faltarles el
respeto a una mujer, cualquiera sea su edad y condición social, menos aun de
dirigirse en forma despectiva a sus maestras, compañeras o
novias. A las niñas enseñarles el respeto hacia ellas mismas, que no
utilicen un vocabulario soez, ni conductas inapropiadas y de esa manera serán
respetadas por el varón.
Un párrafo aparte para los padres, como varones de
la casa no quedamos excluidos de esta tarea, debemos fortalecer la armonía
matrimonial para que nosotros como varones mayores, vayamos mostrando con el
ejemplo como se trata a una dama en la práctica.
Las Sagradas Escrituras dicen; ¡Dios bendice a
quienes lo adoran y gozan cumpliendo sus mandamientos! Los hijos de la gente
honrada dominarán el país y serán siempre bendecidos. Tendrán en su casa muchas
riquezas, y siempre triunfarán en todo.
Como son bondadosos, justos y compasivos, guiarán a la gente honrada como una luz en la oscuridad. Salmo 112
Como son bondadosos, justos y compasivos, guiarán a la gente honrada como una luz en la oscuridad. Salmo 112
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