viernes, 28 de junio de 2024

No existe otra manera de ser libre de toda condenación.

La justificación del ser humano ante Dios, es por medio de la fe en Cristo.

Pero ahora, sin la ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos, y esto lo confirman la misma ley y los profetas: por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia: todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes, porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús. ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído. Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley. ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar en cuenta si están o no están circuncidados! Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley. Romanos 3:21-31

Desde que el hombre pecó y fue echado en el Edén de la presencia de Dios, se constituyó en enemigo de Dios, y su rebeldía lo lleva a una desobediencia continua en todo lo que tenga que ver con Dios y su palabra. No quiere escuchar a Dios, busca en su soberbia acercarse a Dios de cualquier manera, creando todo tipo de religiones rechazando la propuesta de Dios.

Pero Dios, en su gran misericordia y amor, abrió una puerta y preparó un camino para la salvación humana, buscando al hombre y preguntando ¿dónde estás tú? La biblia dice que, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Cristo Jesús vino a este mundo a salvar al ser humano. Cristo pagó esa deuda impagable, que tenía el ser humano para con Dios. En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. La salvación de la persona es por gracia, no por obras. Solo debes creer, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 26 de junio de 2024

Radiografía y diagnóstico del ser humano, hecha por la ley de Dios.

Entonces, ¿qué ventajas tiene el ser judío o el estar circuncidado? Muchas y por muchas razones. En primer lugar, Dios confió su mensaje a los judíos. ¿Qué pasa entonces? ¿Acaso Dios dejará de ser fiel, por el hecho de que algunos de ellos hayan sido infieles? ¡Claro que no! Al contrario, Dios actúa siempre conforme a la verdad, aunque todo hombre sea mentiroso; pues la Escritura dice: Serás tenido por justo en lo que dices, y saldrás vencedor cuando te juzguen. Pero si nuestra maldad sirve para poner de relieve que Dios es justo, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto cuando nos castiga? Hablo según criterios humanos. ¡Claro que no! Porque si Dios fuera injusto, ¿cómo podría juzgar al mundo? Pero si mi mentira sirve para que la verdad de Dios resulte todavía más gloriosa, ¿por qué se me juzga a mí como pecador? En tal caso, ¿por qué no hacer lo malo para que venga lo bueno? Esto es precisamente lo que algunos, para desacreditarme, dicen que yo enseño; pero tales personas merecen la condenación. ¿Qué pues? ¿Tenemos nosotros, los judíos, alguna ventaja sobre los demás? ¡Claro que no! Porque ya hemos demostrado que todos, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado, pues las Escrituras dicen: ¡No hay ni uno solo que sea justo! No hay quien tenga entendimiento; no hay quien busque a Dios. Todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno! Su garganta es un sepulcro abierto, su lengua es mentirosa, sus labios esconden veneno de víbora y su boca está llena de maldición y amargura. Sus pies corren ágiles a derramar sangre; destrucción y miseria hay en sus caminos, y no conocen el camino de la paz. Jamás tienen presente que hay que temer a Dios. Sabemos que todo lo que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios; porque nadie podrá decir que ha cumplido la ley y que Dios debe reconocerlo como justo, ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores. Romanos 3:1-20

Muchas veces hablando con las personas me dicen, yo no hago mal a nadie, soy un buen vecino, un buen esposo, responsable con mi trabajo, por lo tanto no tengo de que arrepentirme porque soy una buena persona. Todo eso está bien a nivel humano, pero, no alcanza para ser justo delante de Dios, el pecado en el ser humano no es por lo que hace, sino por causa de su naturaleza caída, nace separado de Dios. Por lo tanto, la exigencia de Dios no queda solo en lo físico sino que también apela al alma y el espíritu, involucrando a la voluntad, los pensamientos y sentimientos de la persona, convoca a la totalidad del ser humano.

La Santidad de Dios es inalcanzable a nivel humano, porque Dios es tres veces Santo. En resumen, la ley en sí misma es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. Pero entonces, ¿esto que es bueno me llevó a la muerte? ¡Claro que no! Lo que pasa es que el pecado, para demostrar que verdaderamente es pecado, me causó la muerte valiéndose de lo bueno. Y así, por medio del mandamiento, quedó demostrado lo terriblemente malo que es el pecado. Romanos 7:12. Por eso es necesario, aceptar la obra de Cristo a nuestro favor, porque solamente en Cristo, se satisface la Justicia y Santidad de Dios.

Nosotros los seres humanos en nuestra soberbia, muchas veces nos creemos autosuficientes para determinar que está bien y que está mal en nuestras propias acciones, sin tener en cuenta los principios y valores que Dios ha establecido para la conducta humana, eso hace que actuemos equivocadamente dañando al prójimo y afectando también nuestra propia vida. Sin embargo Dios en su amor y misericordia, nos abrió el camino hacia él, por medio del evangelio de Cristo y su obra redentora. ¡Hay esperanza de salvación para el ser humano!

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

lunes, 24 de junio de 2024

Los judíos y la ley de Moisés, los cristianos y la ley de Cristo.

Tú te llamas judío, confías en la ley de Moisés, y estás orgulloso de tu Dios. Conoces su voluntad, y la ley te enseña a escoger lo mejor. Estás convencido de que puedes guiar a los ciegos y alumbrar a los que andan en la oscuridad; de que puedes instruir a los ignorantes y orientar a los sencillos, ya que en la ley tienes la regla del conocimiento y de la verdad. Pues bien, si enseñas a otros, ¿por qué no te enseñas a ti mismo? Si predicas que no se debe robar, ¿por qué robas? Si dices que no se debe cometer adulterio, ¿por qué lo cometes? Si odias a los ídolos, ¿por qué robas las riquezas de sus templos? Te glorías de la ley, pero deshonras a Dios porque la desobedeces. Con razón dice la Escritura: Los paganos ofenden a Dios por culpa de ustedes.  Es cierto que, a quien obedece a la ley de Moisés, la circuncisión le sirve de algo; pero si no la obedece, es como si no estuviera circuncidado. En cambio, si el que no está circuncidado se porta según lo que la ley ordena, se le considerará circuncidado aun cuando no lo esté. El que obedece a la ley, aunque no esté circuncidado en su cuerpo, juzgará a aquel que, a pesar de tener la ley y de estar circuncidado, no la obedece. Porque ser judío no es serlo solamente por fuera, y estar circuncidado no es estarlo solamente por fuera, en el cuerpo. El verdadero judío lo es interiormente, y el estar circuncidado es cosa del corazón: no depende de reglas escritas, sino del Espíritu. El que es así, resulta aprobado, no por los hombres, sino por Dios. Romanos 2:17-29

El conocimiento de la biblia no es lo que salva y transforma una vida, sino la obediencia a esa palabra de Dios, que se conoce. Aquí el apóstol Pablo predicando el evangelio al pueblo de Israel, hace la comparación entre judíos y no judíos, y les hace ver que el ritualismo no alcanza para agradar a Dios, es necesario la obediencia y el compromiso para ser aprobado por Dios. Pueden tener mucho conocimiento de la ley de Dios, y aún pueden que enseñen a otros, pero si no la practican de nada les sirve. Lo mismo ocurre con el cristianismo moderno, se puede saber todo, se puede conocer todo, se puede enseñar a otros sobre lo que a Dios agrada. Sin embargo en la congregación y sus líderes es muy poco la obediencia a ese conocimiento, creen poco o casi nada para sus propias vidas. Lo que enseñan como mandamiento de Dios a otros, es como si el creyente estuviera exento, que no es necesario vivirlo en su andar diario, y no debe ser así. Eso hace que la gente que no conoce el evangelio, muchas veces dude del poder del evangelio, y descreen de la fidelidad de Dios.

El cristiano verdadero no es el que cumple todos los rituales eclesiásticos, sino los que viven diariamente esa enseñanza recibida, Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. Salmo 119:105

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

domingo, 16 de junio de 2024

El justo juicio de Dios a la humanidad.

Por eso no tienes disculpa, tú que juzgas a otros, no importa quién seas. Al juzgar a otros te condenas a ti mismo, pues haces precisamente lo mismo que hacen ellos. Pero sabemos que Dios juzga conforme a la verdad cuando condena a los que así se portan. En cuanto a ti, que juzgas a otros y haces lo mismo que ellos, no creas que vas a escapar de la condenación de Dios. Tú desprecias la inagotable bondad, tolerancia y paciencia de Dios, sin darte cuenta de que es precisamente su bondad la que te está llevando a convertirte a él. Pero tú, como eres terco y no has querido volverte a Dios, estás amontonando castigo sobre ti mismo para el día del castigo, cuando Dios se manifestará para dictar su justa sentencia y pagar a cada uno conforme a lo que haya hecho. Dará vida eterna a quienes, buscando gloria, honor e inmortalidad, perseveraron en hacer lo bueno; pero castigará con enojo a los rebeldes, es decir, a los que están en contra de la verdad y a favor de la maldad. Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo, para los judíos en primer lugar, pero también para los que no lo son. En cambio, Dios dará gloria, honor y paz a todos los que hacen lo bueno, a los judíos en primer lugar, pero también a los que no lo son. Porque Dios juzga imparcialmente. Todos los que pecan sin haber tenido la ley de Moisés, perecerán sin esa ley; y los que pecan a pesar de tener la ley de Moisés, por medio de esa misma ley serán juzgados. Pues no son justos ante Dios los que solamente oyen la ley, sino los que la obedecen. Porque cuando los que no son judíos ni tienen la ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley, pues muestran por su conducta que llevan la ley escrita en el corazón. Su propia conciencia lo comprueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán el día en que Dios juzgará los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo anuncio. Romanos 2:1-16

Dios nos conoce perfectamente a cada uno de nosotros los seres humanos, sabe que somos malos por naturaleza, que nuestro corazón es inclinado al mal desde la juventud. Pero a pesar de todo eso, por su gran amor tenemos esperanza de redención.

Recordemos que nosotros no debemos juzgar a las personas, porque no somos Dios, pero sí, la palabra de Dios nos autoriza a juzgar y condenar los hechos malos de las personas, eso también incluye juzgar nuestro propio comportamiento y conducta, a la luz de la palabra de Dios, y así poder cambiar para bien, ajustándonos a la enseñanza de Cristo y su evangelio.

Lo triste es cuando no sabemos distinguir entre la persona y sus hechos, y condenamos a la persona y no su comportamiento o actitud. Tenemos un ejemplo en Jesús y la mujer adúltera; Jesús le dice, Yo no te condeno, pero vete y no peques más. Dándole otra oportunidad para un cambio de vida, así debemos también nosotros actuar con aquello que se equivocan en la vida, darle una oportunidad de mejorar en su conducta y actitud, porque también nosotros nos equivocamos muchas veces. Y Dios en Cristo nos da otra oportunidad

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

viernes, 14 de junio de 2024

El ser humano es responsable de su conducta y las consecuencias.

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Romanos 1:18-32

La conducta humana es causante de la mayor contaminación del planeta tierra. Su rebeldía contra Dios se manifiesta en todo lo que hace. Vivimos en un mundo de tinieblas dominado por los espíritus malignos los cuales dirigen los pensamientos de las personas sin Dios. Es por todo esto que pasan las cosas que  traen confusión, sufrimiento y dolor al ser humano. Esto hace que se promulguen leyes que atentan contra la moral y las buenas costumbres, se acepten como normal conductas perversas y se defiendan comportamientos violentos y destructivos.

La humanidad ha entrado en un camino sin retorno, haciendo uso de su libre albedrío, por su alejamiento y rebeldía contra Dios. Por estar lejos de Dios y en tinieblas, ya no sabe ni puede distinguir entre el bien y el mal, rechazando los consejos de Dios.

Dicen las Sagradas Escrituras; Queriendo ser sabios, se hicieron necios. A tal punto, que le quieren robar la identidad a las personas por nacer, quieren hacer creer que los niños nacen sin sexo ni género definido, que son ellos los que tienen que decidir que son, cuando sean grandes, negando una ley biológica natural que otorga sexo y género al recién nacido, por medio de los cromosomas XX mujer y XY varón. Todo esto manifiesta la rebeldía y corrupción del corazón humano. Hay personas que ya han cruzado el punto de no retorno, por no querer aceptar lo que su genética y biología dice que es. Pero no todo está perdido para toda persona que quiera volverse a Dios y su palabra. Cristo es la respuesta para un cambio de vida. Cristo vino a este mundo para salvar a la persona que está viviendo engañada por el pecado y camino a la condenación eterna.

Es mi oración y ruego a Dios que, piensen, mediten y reflexionen en esto que está escrito en la biblia, para una calidad de vida mejor y con una esperanza cierta, fundamentada en Cristo y su obra redentora.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 12 de junio de 2024

El poder del evangelio para cambiar una vida para bien.

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son.
Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe, de principio a fin. Así lo dicen las Escrituras: El justo por la fe vivirá. Romanos 1:1-17

La realidad nos muestra que toda persona en este mundo, necesita ser salvo de alguna situación o condición. Pero la mayor necesidad es ser salvo de la condenación eterna.  Para eso vino Jesús a este mundo, es el único que puede sacarle de esa condición al ser humano.

Y el apóstol Pablo siendo un gran referente de la religión judía y farisaica, fue escogido por Dios para anunciar el evangelio a las personas no judías, en su encuentro con Jesús tuvo la verdadera visión con respecto al plan de Dios para la salvación de cada persona en este mundo, entonces escribió; No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.

La salvación del ser humano no está en la religión, no está en la política, no está en las riquezas, no está en la fama, tampoco en la inteligencia artificial, menos aún en los gobiernos de turnos. La salvación de cada persona está en Cristo. La biblia dice; Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,
porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:1.

Ahora bien, la salvación no es corporativa, es algo individual, es la decisión personal de cada uno. Pero, cuando una persona toma la decisión correcta con respecto a Cristo y su obra redentora, afecta para bien a toda su familia. Siendo la familia la base de la sociedad, también la sociedad es afectada para bien. Porque ¡el evangelio es poder de Dios! ¡Tan solamente si el mundo entendiera, qué distinto sería la vida en esta tierra!

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 10 de junio de 2024

El apóstol Pablo escribe a los creyentes en Roma

 También sirve para nosotros hoy.

Los saluda Pablo, siervo de Cristo Jesús llamado por él para ser apóstol y apartado para anunciar el evangelio de Dios. Por medio de sus profetas, Dios ya lo había prometido en las santas Escrituras. Es el mensaje que trata de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, quien nació, como hombre, de la descendencia de David, pero a partir de su resurrección fue constituido Hijo de Dios con plenos poderes, como espíritu santificador. Por medio de Jesucristo recibí el privilegio de ser apóstol, puesto a su servicio, para que en todas las naciones haya quienes crean en él y le obedezcan. Entre ellos están también ustedes, que viven en Roma. Dios los ama, y los ha llamado a ser de Jesucristo y a formar parte del pueblo santo. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre ustedes.

El apóstol Pablo fue el hombre escogido por Dios, para anunciar y enseñar el evangelio a todas las personas que no pertenecen al pueblo Judío. Es por eso que todo creyente en Cristo, debe prestar atención a las enseñanzas de este apóstol y ponerlas en práctica.

Deseo de Pablo de visitar Roma

En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por cada uno de ustedes, porque en todas partes se habla de su fe. Dios, a quien yo sirvo con todo mi corazón anunciando el evangelio de su Hijo, es testigo de que continuamente los recuerdo, y en mis oraciones pido siempre a Dios que, si es su voluntad, me conceda que vaya por fin a visitarlos. Porque deseo verlos y prestarles alguna ayuda espiritual, para que estén más firmes; es decir, para que nos animemos unos a otros con esta fe que ustedes y yo tenemos. Quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me he propuesto ir a verlos, pero hasta ahora siempre se me han presentado obstáculos. Mi deseo es recoger alguna cosecha espiritual entre ustedes, como la he recogido entre las otras naciones. Me siento en deuda con todos, sean cultos o incultos, sabios o ignorantes; por eso estoy tan ansioso de anunciarles el evangelio también a ustedes que viven en Roma.

Vaya si se ha cumplido el deseo del apóstol de ir a Roma, pero no fue invitado como predicador, sino que fue como un prisionero por causa de predicar el evangelio, pero nada de eso desanimó a Pablo, sino que lo tomó como de parte de Dios y también en esa circunstancia anunció el evangelio aun a sus carceleros.

El apóstol no se olvida de los hermanos a quienes ha conducido a Cristo, siempre los recuerda agradeciendo a Dios por ellos, y orando por el crecimiento espiritual de cada uno, algo que se debe imitar sin importar el lugar donde se congreguen.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

sábado, 8 de junio de 2024

Para meditar.

 ¿Violencia en el reino de los cielos?

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Mateo 11:12

Normalmente decimos que el reino de los cielos se caracteriza por ser un reino de paz y es así. Sin embrago cuando leemos esta declaración de Jesús, nos lleva a reflexionar, pensar y meditar ¿qué nos quiere enseñar el Señor? Porque Él es la palabra autorizada para enseñarnos sobre el reino de los cielos.

La enseñanza que nos da el Señor es que, el reino de los cielos es quien sufre violencia. ¿Quién produce esa violencia contra el reino? Se preguntará usted. La misma biblia nos dice que son las fuerzas espirituales de las tinieblas.

Vístanse de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:10

Cuando el reino de los cielos sufre violencia, nosotros los que somos ciudadanos del reino también sufrimos las consecuencias. ¿Cuál es la violencia que sufre el reino?

Las fuerzas espirituales del mal siempre tratan de hacer el mayor daño posible dentro del reino de los cielos, con el propósito de confundir, desanimar y provocar malestar en cada persona que quiere vivir, la vida que se vive en el reino de Dios. Es por eso que siembra en la mente y corazón de los creyentes en Cristo pensamientos impuros, los cuales producen discordia, desconfianza, enemistades, orgullo espiritual, incredulidad a la palabra de Dios y vanagloria. Esa es la razón por lo cual todo hombre o mujer que sigue a Cristo, sufre estos ataques provocando algún tipo de problema en la familia, trabajo, amistades, comunidad o congregación a la que asiste. Ve a la otra persona como enemiga sin darse cuenta que no es la persona, sino que está en medio de fuerzas espirituales que tratan de provocar malestar para destruir la paz interior y producir enemistades. ¿Entiende ahora por qué hay problemas en las congregaciones?

Es ahí donde necesitamos usar inteligencia espiritual para descubrir el origen del problema y así atacar directamente al espíritu que está produciendo y no a la persona que está siendo usada por ese espíritu. Con ese propósito Dios nos ha dado la armadura, a fin de que usándola correctamente podamos penetrar ese mundo espiritual y salir victorioso.

Decirlo es fácil, no así la práctica, porque el mundo espiritual de maldad es violento y despiadado, y para vencer en esa dimensión el creyente también debe ser violento y firme contra esas fuerzas de maldad que operan en el mundo.

Nuestro ejemplo a seguir es el Señor Jesucristo. Él nos enseñó con su vida como se vence en el mundo espiritual. Su mayor batalla la dio en la cruz del calvario, y la mayor victoria sobre la tumba que no lo pudo retener.

El secreto radica en la continua obediencia a Dios el Padre celestial, sometiéndonos a la guía del Espíritu Santo y la palabra de Dios utilizada como Espada del Espíritu para derribar todo argumento que se levanta en contra del reino de los cielos y sus escogidos.

El Señor nos ayude a utilizar la sabiduría y la inteligencia espiritual en las luchas diarias que debamos atravesar, y así salir victoriosos como dignos ciudadanos del reino celestial.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 5 de junio de 2024

Te preguntaste alguna vez.

 ¿Dónde pasarás la eternidad?

Sabido es que nosotros los seres humanos fuimos hechos por Dios con eternidad en el corazón. Es por eso que la palabra muerte nos asusta un poco y no la queremos mencionar. Muchas veces no queremos pensar ni hablar del tema, pero es necesario tenerlo presente porque nos guste o no, todos vamos a pasar por esa experiencia.

Pero debemos saber que aunque suframos la muerte física, nuestra vida no termina ahí, sino que entramos o pasamos a otra dimensión. Creamos o no, hay vida después de la muerte. Jesús dijo; Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?  Juan 11:25-26

Por lo tanto es necesario que lo tomemos en serio y nos informemos sobre el tema. Jesús dijo; Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos;  pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran. Mateo 7:12-14

Esto nos enseña que hay dos caminos por el cual llegamos a la eternidad y que cada uno tiene distinto final, uno tiene que ver con la vida eterna con Dios y el otro tiene que ver con la condenación eterna separado de Dios. Pero nos toca a nosotros elegir y escoger el camino por el cual vamos a transitar en esta vida y que nos llevará al destino que escojamos. Además lo que nosotros elegimos nada ni nadie puede cambiar, una vez que hayamos partido de esta vida.

Normalmente las personas cuando están por ir de vacaciones hacen todos los preparativos como ser, eligen y escogen un lugar, averiguan sobre el mismo, hacen las reservaciones, pagan por su estadía y luego solo esperan que llegue el momento de la partida, para ir y disfrutar de ese merecido descanso en el lugar escogido. Ahora bien, si hacemos eso con un lugar físico y transitorio, ¿Cómo no hacer lo mismo cuando se trata de algo eterno? Porque aceptemos o no, todos vamos encaminándonos hacia una eternidad, algunos entraron antes, otros entraremos después, pero al fin todos llegaremos por igual. Es por eso que las Sagradas Escrituras nos dicen; prepárate para ir al encuentro con tu Dios. Amós 4:12.

Pensemos en esto que contó nuestro Señor Jesucristo: Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.   Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: ¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego. Pero Abraham le contestó: Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí. Lucas 16:19-31

¿Dónde vas a pasar la eternidad? Eso lo decides tú. Será en el lugar que tú escojas en forma consciente y responsable. ¿Cómo escoger? La Biblia dice; Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene. 1Juan 5:11-12 Y orando Jesús al Padre dice; Pues tú has dado a tu Hijo autoridad sobre todo hombre, para dar vida eterna a todos los que le diste. Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste. Juan 17:3

Por último, si entregaste tu vida a Cristo, la eternidad la pasarás en el reino de Dios, si Cristo no es el dueño de tu vida, la eternidad la pasarás lejos del reino de Dios.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

domingo, 2 de junio de 2024

Reflexionando al comenzar un nuevo mes.

Para este tiempo de injusticias, incertidumbre, angustias, engaños y mentiras.

No te enojes por causa de los malvados, ni sientas envidia de los malhechores, pues son como la hierba que al cortarla pronto se seca.  Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios. Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor;  así todos verán con claridad que tú eres justo y recto. Calla en presencia de Dios, y espera paciente a que actúe; no te enojes por causa de los que prosperan ni por los que hacen planes malvados. No des lugar al enojo ni te dejes llevar por la ira; eso es lo peor que puedes hacer. Los malvados serán destruidos, pero los que esperan en Dios recibirán la tierra prometida.   Salmo 37

Mirando a nuestro alrededor y ver tanta maldad e injusticia nos pone mal, pero debemos creer lo que Dios dice por medio de su palabra escrita, confiar que solamente Dios puede cambiar la situación y la vida de las personas corruptas, violentas y malvadas.

Para nosotros es imposible, pero para Dios no. Pongamos nuestra confianza en Él y disfrutemos la vida que Dios nos permite vivir. Esa vida buena, saludable, siendo compasivo con aquellos que se equivocan con su forma de vivir, porque el problema lo tienen ellos y no nosotros.

No permitamos que las conductas corruptas, perversas o violentas, cambien nuestros valores y comportamiento, dañando nuestra confortable manera de vivir en familia y en paz.

Sepamos que este mundo en el cual vivimos, va camino a su propia destrucción por causa de la maldad del ser humano. Es por eso que debemos estar atento a nuestro comportamiento, así evitamos correr la misma suerte que el mundo. Dios por medio de su palabra nos advierte; Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.

Como cristianos perdonados por el Señor, tengamos misericordia y compasión de todas aquellas personas que viven una vida equivocada de egoísmo, violencia y mezquindad, sabiendo cuál es el final que les espera si no cambian su actitud. Que la Gracia del Señor alcance a esas personas bendiciendo sus vidas con arrepentimiento, para un cambio de actitud y comportamiento, así tendrán una calidad de vida mejor, teniendo armonía y paz interior.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.