La justificación del ser humano ante Dios, es por medio de la fe en Cristo.
Pero ahora, sin la ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos, y esto lo confirman la misma ley y los profetas: por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia: todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes, porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús. ¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído. Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley. ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones, pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar en cuenta si están o no están circuncidados! Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley. Romanos 3:21-31
Desde que el hombre pecó y fue echado en el Edén de la presencia de Dios, se constituyó en enemigo de Dios, y su rebeldía lo lleva a una desobediencia continua en todo lo que tenga que ver con Dios y su palabra. No quiere escuchar a Dios, busca en su soberbia acercarse a Dios de cualquier manera, creando todo tipo de religiones rechazando la propuesta de Dios.
Pero Dios, en su gran misericordia y amor, abrió una puerta y preparó un camino para la salvación humana, buscando al hombre y preguntando ¿dónde estás tú? La biblia dice que, la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Cristo Jesús vino a este mundo a salvar al ser humano. Cristo pagó esa deuda impagable, que tenía el ser humano para con Dios. En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. La salvación de la persona es por gracia, no por obras. Solo debes creer, cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.