El ángel me dijo: Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el mismo Dios que inspira a los profetas, ha enviado su ángel para mostrar a sus siervos lo que pronto va a suceder. ¡Vengo pronto! ¡Dichoso el que hace caso del mensaje profético que está escrito en este libro! Yo, Juan, vi y oí estas cosas. Y después de verlas y oírlas, me arrodillé a los pies del ángel que me las había mostrado, para adorarlo. Pero él me dijo: No hagas eso, pues yo soy siervo de Dios, lo mismo que tú y que tus hermanos los profetas y que todos los que hacen caso de lo que está escrito en este libro. Adora a Dios. También me dijo: No guardes en secreto el mensaje profético que está escrito en este libro, porque ya se acerca el tiempo de su cumplimiento. Deja que el malo siga en su maldad, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose. Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin. Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad. Pero fuera se quedarán los pervertidos, los que practican la brujería, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los que adoran ídolos y todos los que aman y practican el engaño. Yo, Jesús, he enviado mi ángel para declarar todo esto a las iglesias. Yo soy el retoño que desciende de David. Soy la estrella brillante de la mañana. El Espíritu Santo y la esposa del Cordero dicen: ¡Ven! Y el que escuche, diga: ¡Ven! Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin que le cueste nada. A todos los que escuchan el mensaje profético escrito en este libro, les advierto esto: Si alguno añade algo a estas cosas, Dios le añadirá a él las calamidades que en este libro se han descrito. Y si alguno quita algo del mensaje profético escrito en este libro, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa que en este libro se han descrito. El que declara esto, dice: Sí, vengo pronto. Amén. ¡Ven, Señor Jesús! Que el Señor Jesús derrame su gracia sobre todos.
Apocalipsis22:6-21
¡Cristo viene! ¡Glorioso momento! ¡Ven Señor Jesús! ¡Tu esposa te espera! ¡Queremos ir contigo a vivir eternamente en tu reino! ¡Es lo mejor que nos puede pasar! sobre todo en estos momentos de gran incertidumbre y violencia internacional, con guerras, rumores de guerra, corrupción y desprecio por la vida.
El rapto de la iglesia es algo que todos los que hemos nacido de nuevo en Cristo estamos esperando. Es un momento único en la historia de la humanidad, donde millones de personas seremos sacadas del mundo, sin pasar por los dolores de la muerte, para reunirnos con el Señor en el aire, y con todos aquellos que han muerto en Cristo y están a la espera de la resurrección, para ir y estar para siempre con el Señor en su reino.
Luego de eso los que se quedan en esta tierra, por haber rechazado a Cristo y el amor de Dios pasaran por grandes problemas, lo que la biblia llama la gran tribulación, donde el mundo entero estará bajo el gobierno del Anticristo. Esto va a suceder, se crea o no, pero es la verdad escrita en las Sagradas Escrituras. Ahora bien, ninguna persona tendría que quedarse a sufrir en este mundo, pero por causa de su incredulidad muchos van a quedarse, pero todavía están a tiempo, la puerta de la salvación está abierta, se llama Jesús, él dijo; Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. Juan 10-9. Por favor, no deje pasar esta oportunidad, humíllese ante Dios y dígale que necesita el perdón de sus pecados y también a Cristo en su vida.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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