Esposas, sométanse a sus esposos, pues éste es su deber como creyentes en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no las traten con aspereza. Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque esto agrada al Señor. Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen. Esclavos, obedezcan en todo a quienes aquí en la tierra son sus amos, no solamente cuando ellos los estén mirando, para quedar bien con ellos, sino de corazón sincero, por temor al Señor. Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. Pues ya saben que, en recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a Cristo, que es su verdadero Señor. Pero el que hace lo malo, recibirá el pago del mal que ha hecho, porque Dios juzga imparcialmente. Colosenses 3:18-25
La vida familiar y la vida laboral no siempre resultan como nos gustaría que sean, es en esos ámbitos donde se generan conflictos que muchas veces no sabemos cómo surgen ni cómo resolverlos. Por eso es necesario conocer y creer en la enseñanza bíblica con respecto a cómo debe ser el trato en la relación familiar para ponerla en práctica, asimismo también con la relación laboral, porque ambas relaciones son muy complejas, porque complejo es el ser humano y no siempre sabemos movernos dentro de las situaciones conflictivas que se generan.
Apropiarnos de esta enseñanza bíblica no es fácil, porque por naturaleza somos orgullosos, y es por eso que la sociedad en general está como está. Pero, cuando entregamos a Cristo nuestra vida y voluntad, es diferente, porque somos nuevas personas nacidas por la palabra de Dios, y es esa palabra la que ahora debe dirigir nuestra vida cotidiana, además el Señor nos ha dado su Espíritu para que nos ayude, nos enseñe, nos de sabiduría y fortaleza para poner en práctica lo que vamos aprendiendo, no es en nuestra fuerza, sino en el poder de la fuerza del Señor. Recordemos que Cristo nos hizo libre del poder del pecado, por lo tanto ya no tiene ningún poder sobre el creyente en Cristo para que se le obedezca.
Debemos obedecer a Jesús que nos dice; Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaran descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. Mateo 11:28
Si podemos entender esto y aceptamos incorporar a nuestra vida diaria lo que la Palabra nos enseña, no habrá conflicto familiar o laboral que no se pueda resolver, todo es cuestión de despojarnos del orgullo y revestirnos de humildad. Habría menos divorcios y familias en conflicto, y también menos despidos y juicios laborales, porque habría más diálogo, más respeto y más entendimiento entre las personas. El Señor nos ayude dándonos entendimiento.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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