Si alguno de ustedes está afligido, que ore. Si alguno está contento, que cante alabanzas. Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder. Santiago 5:13-16
Cuando las personas pasan por algunas de estas situaciones, muchas veces no saben qué hacer o a quien acudir. Estos son consejos prácticos que están al alcance de todos los creyentes en Cristo. Poniendo en práctica esto, sin dudas que el Señor Dios va a responder a sus oraciones de fe, trayendo alivio a sus mentes y corazones afligidos. Ahora bien, también dice; confiesen sus pecados unos a otros, lo que hay que tener en cuenta es que se debe confesar a cada persona contra la cual se ha pecado, y no contarles a todo el mundo los pecados cometidos contra alguien. Solo se debe confesar a la persona contra la cual se pecó, para sanar esa herida que se ha causado con esa actitud o acción. De otra manera lo único que se hace es promocionar el chisme y las habladurías, que tanto mal hace al grupo en el cual se está.
Por lo tanto, usen de sabiduría al momento de hacer la confesión de un daño cometido a alguien, ya sea a propósito o sin darse cuenta, porque eso es el pecado cometido contra el prójimo que se debe confesar para ser sanado, perdonándose unos a otros en Cristo, no en nuestras fuerzas porque eso es imposible.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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