Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, ustedes, que son espirituales, restáurenlo con espíritu de mansedumbre. Piensa en ti mismo, no sea que también tú seas tentado. Gálatas 6:1.
Hay personas que están heridas, lastimadas, engañadas, abusadas, decepcionadas por alguien o por algo. Son personas que sufren y andan por la vida con ese sufrimiento a cuestas. Necesitan ser sanadas y restauradas no en lo físico, sino en su alma, porque son almas cansadas y sufrientes. Esto es una tarea pastoral para la iglesia de Cristo, no me refiero al edificio de ladrillos, sino a la comunidad que tiene verdadera comunión con Dios el Padre, su Hijo Jesús y con su Espíritu Santo.
Pero tristemente ocurre que muchas veces van a una congregación, hermano o pastor para ser restauradas, y salen más lastimadas y decepcionadas todavía. ¿Por qué ocurre eso?
Por la sencilla razón que no se sabe o no se conoce en qué consiste la restauración en una persona. Por lo tanto en lugar de ocuparse de escuchar a la persona herida o lastimada y ocuparse del consuelo y edificación espiritual, se la pone a “trabajar para el Señor”, creyendo que de esta manera se la está ayudando, lo cual es un error.
Lo que esa persona necesita es ser escuchada, contenida, consolada y sanada en su ser interior. Hay que reconocer que no todos estamos preparados para esa tarea espiritual, solo aquellos que entendemos que no es obra nuestra, sino que la obra la hace el Espíritu Santo en el interior de la persona. Nosotros somos simples canales o herramientas que Dios puede utilizar, si nos ponemos en manos de Dios.
Recordemos que el Espíritu Santo también es llamado Espíritu consolador. Una persona herida o lastimada lo primero que necesita es sentirse amada para recibir consuelo. Al ser escuchada, se siente confiada y segura para seguir contando lo que está dañando sus emociones y sentimientos, eso le permite pensar que no la juzgan sino que entienden su situación. Esto es el comienzo para una verdadera restauración.
El camino de una restauración es largo, por eso requiere la mansedumbre y paciencia de la persona que Dios está utilizando. Ser sanada en su interior no ocurre de un día para el otro, porque ocurre en el alma y espíritu de la persona. Necesita restaurar sus emociones, sentimientos y voluntad y eso lleva su tiempo, porque necesita sanar su corazón, cambiar sus pensamientos y someter su voluntad a la voluntad de Dios.
Cuando se acerca a Dios, hay esperanza para cada persona necesitada; Entonces ora a Dios, y en su bondad Dios lo deja ver su rostro, le devuelve la alegría, y lo restaura a su estado anterior Job 33:26.
Descubre la bondad de Dios y clama; ¡Devuélveme el gozo de tu salvación! ¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte! (Sal 51:12).
¡Es maravilloso ser amado, sanado y restaurado por Dios, mediante la acción del Espíritu Santo en nuestro interior! ¡Somos nuevas personas! ¡Amamos a Dios y amamos a las personas! ¿Ha vivido esa experiencia?
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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