Sanándonos unos a otros.
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder. Santiago 5:16
Pedro, acercándose entonces a Jesús, le preguntó: Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si me ofende? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Mateo 18:21
El perdón es algo que todos anhelamos recibir, pero no todos estamos dispuestos a conceder. Normalmente se piensa que lo que me hacen es tan grave que no tiene perdón. Sobre todo si ya perdoné una vez, no tengo porque volver a perdonar otra vez a la misma persona por más que me suplique.
Sin embargo cuando soy yo el que ofende al otro, considero que no es tan grave para no ser perdonado, aun cuando sean varias las veces que ofenda, y eso hace que no sienta la necesidad de pedir perdón. Así actuamos normalmente las personas con respecto al perdón.
Pero la respuesta de Jesús al apóstol Pedro sobre el tema, nos confronta con una realidad que no siempre se quiere aceptar, no es suficiente perdonar una vez, es necesario seguir perdonando, todas las veces que alguien ofende y viene a pedir el perdón.
Por lo tanto, pensemos en cada una de nuestras acciones antes de realizarlas, con el propósito de no hacer daño al prójimo sin querer hacerlo, porque después cuesta mucho reconocer y aceptar ese daño cometido, y como consecuencia se crean enemistades innecesarias, dañándose mutuamente.
Tal vez usted se está preguntando. ¿Cuántas veces debo perdonar al que me ofende? ¡Todas las veces que sea necesario! Porque todos ofendemos en algún momento, queriendo o sin querer, y lo hacemos muchas veces. Solo el perdón trae sanidad a las almas doloridas y todos lo necesitamos permanentemente. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario