Así pues, recomiendo ante todo que se hagan rogativas, súplicas, peticiones y acciones de gracias por toda la humanidad: por los reyes y por todos los que tienen autoridad para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, plenamente digna y piadosa. Es este un proceder hermoso y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos se salven y conozcan la verdad. Porque uno solo es Dios y uno solo es el mediador entre Dios y la humanidad: el hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo como rescate por todos, como testimonio dado en el tiempo prefijado. 1 Timoteo 2:1-6
Sabemos que Dios no hace acepción de
personas, solo que presta mayor atención a quienes decidieron formar parte de
su familia por medio de la fe.
Por eso el apóstol Pablo dirigiéndose a
los creyentes en Cristo Jesús, recomienda que se hagan oraciones a favor de
toda la humanidad, incluyendo a gobernantes y gobernados, que todavía no tienen
la dicha de pertenecer al reino de Dios. La oración por cada uno de ellos, debe
estar fundamentada en el amor al prójimo, porque el propósito es que cada uno
de ellos, lleguen al conocimiento de la verdad, la cual es Jesucristo, y por
medio de Él, ser salvos también, porque Dios no quiere que nadie se pierda.
El propósito de Dios siempre es dar
salvación a todas las personas que viven en este mundo, lo triste es que no
todas las personas quieren acercarse a Él, para recibir esa salvación tan
grande que ha preparado para el ser humano. Mi deseo y mi oración es que cada
uno de los que leen estas reflexiones, si todavía no han aceptado a Cristo en
sus vidas, puedan encontrar en Cristo y su obra redentora, esa vida de plenitud
que Él vino a traer.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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