La Biblia, en el libro de los Hechos, relata una historia maravillosa de cómo actúa Dios en la vida de las personas, que en medio de las dificultades le adoran a través de la alabanza y oración.
El apóstol Pablo se encontraban en la ciudad de Éfeso sirviendo a Dios, después de haber liberado a una chica de un espíritu de adivinación, la cual era esclava y sus amos la usaban para hacer dinero, estos al verse afectados, le denunciaron ante las autoridades. Le acusaron falsamente logrando que los metieran presos.
Esto nos cuenta la biblia; Después de haberlos azotado mucho, los metieron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los vigilara con el mayor cuidado. Al recibir esta orden, el carcelero los metió en el lugar más profundo de la cárcel y los dejó con los pies sujetos en el cepo. Pero a eso de la medianoche, mientras Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los otros presos estaban escuchando, vino de repente un temblor tan fuerte que sacudió los cimientos de la cárcel. En el mismo momento se abrieron todas las puertas, y a todos los presos se les soltaron las cadenas. Cuando el carcelero despertó y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas, sacó su espada para matarse, pues pensaba que los presos se habían escapado. Pero Pablo le gritó: ¡No te hagas ningún daño, que todos estamos aquí! Hechos 16: 11
La hermosa actitud de Pablo y Silas en la cárcel, ante esa situación injusta que estaban sufriendo, dieron testimonio del poder y el amor de Dios de tal manera, que no solo ellos fueron libres de las cadenas que lo ataban, sino que también lograron la salvación del carcelero y su familia.
En los momentos de injusticia y sufrimientos que nos toque atravesar, ¿Cuál será nuestra actitud? ¿Cómo reaccionaremos? El Señor nos conceda sabiduría para tener la actitud correcta, esa actitud liberadora y que ayuda a los demás.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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