miércoles, 17 de noviembre de 2021

Difícil, pero no imposible.

 

No te enojes por causa de los malvados, ni sientas envidia de los malhechores, pues son como la hierba que al cortarla pronto se seca.  

Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios. Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas.

Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor;  así todos verán con claridad que tú eres justo y recto. Calla en presencia de Dios, y espera paciente a que actúe; no te enojes por causa de los que prosperan ni por los que hacen planes malvados.

No des lugar al enojo ni te dejes llevar por la ira; eso es lo peor que puedes hacer. Los malvados serán destruidos, pero los que esperan en Dios recibirán la tierra prometida.   Salmo 37

Mirando a nuestro alrededor y ver tanta maldad e injusticia nos pone mal, pero debemos creer lo que Dios dice por medio de su palabra escrita, confiar que solamente Dios puede cambiar la situación y la vida de estas personas.

Para nosotros es imposible, pero para Dios no. Pongamos nuestra confianza en Él y disfrutemos la vida que Dios nos permite vivir. Esa vida buena, saludable, siendo compasivo con aquellos que se equivocan con su forma de vivir.

No permitamos que las conductas corruptas o violentas, cambien nuestros valores y comportamiento, dañando nuestra confortable manera de vivir en familia y en paz.

Sepamos que este mundo en el cual vivimos, va camino a su propia destrucción por causa de la maldad del ser humano. Es por eso que debemos estar atento a nuestro comportamiento, así evitamos correr la misma suerte que el mundo. Dios por medio de su palabra nos advierte; sabed que vuestro pecado os alcanzará.

Es mejor esperar que la Gracia de Dios les alcance, bendiciendo sus vidas, para no tener envidia de los que hacen daño al prójimo y aparentemente les va bien, lo cual es un error.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

 

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