martes, 2 de noviembre de 2021

¡Invitaciones peligrosas!


 Las invitaciones ¿Qué esconden tras ellas? ¿Qué peligros ocultan? ¿Es bueno aceptar todas?

Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo, y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Entonces el Señor Dios le preguntó a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y Caín contestó: No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él? El Señor Dios le dijo: ¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia. Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste.  Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte sus frutos. Andarás vagando por el mundo, sin poder descansar jamás. Génesis 4

En este relato bíblico encontramos a Abel, accediendo a una invitación de a dar un paseo por parte de su hermano Caín. Pero ¿Cuál era el propósito de ese paseo? Seguramente Abel nunca pensó que el propósito de su hermano, era darle muerte.

Esto deja en claro que no todas las invitaciones son buenas, aun cuando provenga de alguien de su entorno familiar. En este tiempo donde las intenciones no siempre son buenas, los adolescentes y jóvenes corren serios riesgos cuando son invitados por alguien a salir, especialmente las adolescentes porque esa invitación, puede traer algo escondido, es posible que no sea solamente encontrase y pasear. Puede traer aparejado abuso sexual, consumo de drogas, prostitución, trata de blanca, o captar personas para mano de obra barata, estas cosas muchas veces comienzan con una simple invitación.

Todas estas intenciones perversas arruinan familias, destruyen vidas, matan sueños, y lo peor es que la sociedad aprende a convivir con estas conductas nocivas y destructivas. Esto no va a cambiar socialmente, pero si puede cambiar individualmente en cada persona que busque de Dios, por medio de Cristo como su salvador personal.

Cada persona y cada familia pueden tomar la decisión de ser diferente, de no formar parte de ese sistema destructivo, viviendo de acuerdo a la enseñanza de Jesús que dijo; yo he venido para deshacer las obras del diablo.

Nosotros, los padres debemos estar atentos, para aconsejar y ayudar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, porque vivimos en un mundo que se va deteriorando día a día.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

 

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