Al ver Juan que muchos fariseos y saduceos venían para que él los bautizara, les dijo:
¡Generación de víboras! ¿Creen que se
van a escapar del castigo que Dios les enviará? Demuestren con su conducta
que han dejado de pecar. No
piensen que se salvarán sólo por ser descendientes de Abraham. Si Dios así lo
quiere, hasta a estas piedras las puede convertir en familiares de
Abraham. Cuando
un árbol no produce buenos frutos, su dueño lo corta de raíz y lo quema. Y Dios
ya está listo para destruir a los que no hacen lo bueno. Mateo 3:7-10
¡Qué palabra dura les dirigió Juan el
Bautista a los religiosos de su tiempo! Era necesario hacerlo, porque estaba en
juego la vida presente y futura de esas personas. Había que llamarle la
atención porque tenían un concepto equivocado de lo que es ser salvo de la
condenación eterna. Hoy pasa lo mismo, muchas personas creen que por pertenecer
a determinada religión, o por ser buenas personas, o porque brindan ayuda
solidaria, o por ser fieles religiosos, ya tienen ganado el cielo. Quiero
decirles que, nadie se gana el cielo. La única manera de formar parte del reino
de Dios, es arrepintiéndose y aceptando a Cristo como su Salvador personal.
Jesús lo dijo, Yo soy la puerta, el que por mí
entra, será salvo. No hay otra manera de hacerlo. ¡Hay que nacer de
nuevo!
Usted que me está leyendo, ¿Ya tomó
la decisión de entrar por esa puerta de la salvación?
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario