miércoles, 5 de mayo de 2021

Nos cuenta la biblia.

 


El nacimiento de Jesús y todo lo referente a su vida fue para beneficio del ser humano.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías: ¡Presten atención! Una joven virgen quedará embarazada, y tendrá un hijo. Y llamarán a ese niño Emanuel. Este nombre significa, Dios está con nosotros. Mateo1:22

Las Sagradas Escrituras cuentan que por causa del pecado de Adán y Eva en el comienzo mismo de la creación, la humanidad toda fue echada de la presencia de Dios. Y no tenía ninguna posibilidad de regresar a Él, por sus propios medios. Es por eso que el ser humano necesitaba y necesita un representante humano sin pecado, alguien que le represente ante el trono de la gracia del Santo Dios, para poder acercarse nuevamente ante Dios su creador. La religión es incapaz de proveer un puente entre Dios y el ser humano, es imposible lograr con sus rituales y sacrificios entrar a la presencia de Dios, no hay ningún ser humano por más bueno que haya sido ser un verdadero mediador ante el trono de la gracia del tres veces Santo Dios. Con ese propósito Dios envía su Único Hijo a este mundo, plan preparado desde ante de la creación del mundo. Jesús al nacer de una mujer, pero sin que un hombre tuviera participación en el embarazo, cumple el requisito de una vida libre de pecado, lo cual le habilita para ser el Salvador del mundo. ¡Es Dios mismo hecho hombre, en la persona de su Hijo! Como el ser humano no podía acercarse a Dios, Dios se acercó al ser humano. ¡Emanuel! Desde el nacimiento de Jesús, Dios está con nosotros, Cristo después que resucitó, ascendió a los cielos como representante del ser humano, y fue enviado su Espíritu Santo quien vino a quedarse en la tierra como representante del reino de Dios.

¡Bendita Gracia Divina! ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan del favor de Dios!

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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