Porque el Espíritu de Dios no nos
hace cobardes. Al contrario, nos da poder para amar a los demás, y nos
fortalece para que podamos vivir una buena vida cristiana.
Por lo tanto, no te avergüences de
hablar bien de nuestro Señor Jesús. 2 Timoteo 1:7
La cobardía no le deja bien a ninguna
persona, menos a un cristiano, sin embargo hay veces que la cobardía aparece,
cuando menos se la espere y nos deja mal parados.
¿Qué hacer para que eso no nos ocurra?
Toda persona siempre trata de prepararse físicamente para defenderse ante una
circunstancia adversa, o ante una persona violenta y fuera de control.
Aun así no siempre lo consigue. En el
cristiano no es distinto, debe prepararse también para defenderse de los
ataques que aparecen durante su peregrinar en este mundo. Ahora bien, el
cristiano tiene la ventaja de saber y conocer que su preparación no es física,
sino que debe ser en lo espiritual. Es por eso que Dios nos ha dado su Espíritu
que vive en nosotros, quien nos prepara espiritualmente para que podamos actuar
con valentía, en cualquiera de las dificultades que aparecen, mostrándonos
quien es el enemigo y como vencerlo.
Eso hace que andemos tranquilos, seguros
y dispuesto para ayudar a quien lo necesite, sin importar quién es la persona
necesitada, quizás no se tenga la mejor relación, pero eso no impide que le
brindemos nuestra ayuda. Con esa actitud, estaremos hablando bien de quien es
nuestro Señor, y no nos avergonzaremos.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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