Esta
carta habla de la Palabra de vida, la cual ya existía desde antes de que Dios
creara el mundo. La escribimos para contarles lo que hemos visto y oído acerca
de ella, para que juntos podamos alegrarnos completamente. Así ustedes se
mantendrán unidos a nosotros, como nosotros nos mantenemos unidos a Dios el
Padre y a su Hijo Jesucristo.
La Palabra de vida es Jesucristo, que
es quien da la vida verdadera: la vida eterna. Jesucristo estaba con Dios el
Padre, pero vino a nosotros. Y nosotros, sus discípulos, lo vimos con nuestros
propios ojos, lo escuchamos hablar, y hasta pudimos tocarlo.
Jesucristo nos enseñó que Dios es
luz, y que donde Dios está no hay oscuridad. Éste es el mensaje que ahora
les anunciamos. 1 Juan 1
Esto es muy importante recordar, que
Jesús el Hijo de Dios, existió siempre con el Padre Dios, solo que llegado el
tiempo de venir a este mundo a redimir al ser humano, nació como un ser humano de
la virgen María, engendrado por el Espíritu Santo. Es el único que nace sin
pecado, porque no hubo participación de un varón, para que María quedara
embarazada. Por eso venció a la muerte, porque nació sin pecado y puede redimirnos
para Dios. Su sangre derramada en la cruz, es lo único que limpia de pecado al
ser humano.
Si vivimos en la luz, así como Dios está en la
luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia
de todo pecado.
El Señor nos ayude por medio de su
Espíritu a vivir en la luz de Dios.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario