Es en esto donde necesitamos ser sabios, es para nuestro bien que debemos tomar las enseñanzas de la palabra de Dios. El salmista dice; ¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella! He alejado mis pies de todo mal camino para cumplir tu palabra. No me he apartado de tus decretos porque tú eres quien me enseña. Tu promesa es más dulce a mi paladar que la miel a mi boca. De tus preceptos he sacado entendimiento;
por eso odio toda conducta falsa. Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi
camino. Salmo 119:97
Es
necesario priorizar las obligaciones que tenemos como personas, pues eso es lo
que nos garantiza una buena convivencia humana, donde los derechos del prójimo
serán respetados sin tener necesidad de estar exigiendo continuamente.
Eso
también lleva a que nos valoricemos como personas, que nos cuidemos y que el
otro sea importante para mí. Saber que mi responsabilidad es, dar valor a la
vida, y esto incluye valorizar el estudio, la capacitación, el trabajo, el
tiempo de esparcimiento, la sana diversión, el desarrollo de la vocación y las
cualidades que vayamos descubriendo. Saber que todos tenemos el derecho a la familia y a
disfrutar de todo lo bueno que la vida nos otorga.
Los
abraza en Cristo. P. Sosa
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