¿De qué estamos hablando? ¿A qué nos
referimos? ¿Qué es lo que buscamos?
Porque ¿Dónde vemos inseguridad?
¿Quiénes la sufren? ¿Quienes la provocan? ¿Cómo se soluciona?
Si nos detenemos a pensar por unos
instantes y a observar a nuestro alrededor, nos daremos cuenta que la misma no
solamente está en las plazas o parques adónde vamos a correr, también en los
estadios o campos deportivos y muy de vez en cuando en las calles por donde
caminamos.
La inseguridad como tal se ve, se
palpa, se siente, se sufre y se ejecuta, en los propios hogares, en el trabajo,
en la escuela, los colegios, en clínicas y hospitales y aún dentro de la
religión.
Pero ¿Qué es lo que produce inseguridad?
La misma es hija de la irresponsabilidad, que trae
aparejado violencia en cualquiera de sus formas, y en esos lugares usted está
totalmente indefenso, pues comienza psicológicamente haciéndole creer que usted
tiene la culpa de lo que le pasa.
Observemos a los niños, adolescentes
y jóvenes, ¿Por qué no les gusta estar en sus hogares? ¿Qué es lo que hace que
ellos pasen más tiempo en las calles, plazas o boliches en lugar de estar con
la familia? Aunque sea por un rato. ¿No será que encuentran más contención y
seguridad en esos lugares que en sus casas? ¿Se le presta la atención que ellos
necesitan acompañando su crecimiento? Eso también es inseguridad.
Miremos a un varón que abusa o utiliza sexualmente a
una mujer, cualquiera sea su edad, y además la embaraza está produciendo
inseguridad emocional y física en esa persona.
Cuando una mujer embarazada está
pensando en hacer un aborto, está creando inseguridad en su propio vientre
materno para el inocente que está ahí. Cuando debería ser el lugar más seguro
para un hijo.
Cuando un patrón hace caso omiso de
las leyes laborales que regulan esas relaciones, trasmite inseguridad a sus
obreros o empleados, no permitiendo su pleno desarrollo como tal.
Cuando usted llega a una clínica u
hospital por problemas de salud y no es atendido porque no completó toda la
documentación, usted se siente inseguro.
Cuando usted ingresa a una
determinada religión buscando a Dios necesitando paz interior, y en lugar de eso encuentra
maltrato, abuso y esclavitud por medio del engaño y la mentira, apropiándose no
solo de sus bienes, sino también de su persona, dejándolo indefenso y
confundido quedando totalmente desprotegido, pues nadie escucha ni entiende su
situación. Eso es inseguridad.
Y así podríamos continuar una larga
lista de lugares y actitudes inseguras, y que muchas veces no se tiene en
cuenta, eso también conlleva inseguridad manifestándose en el mal trato con el
semejante, produciendo violencia física, emocional, afectiva y espiritual.
Afectando a la persona, dañando sus valores y derrumbando su autoestima.
Si no queremos que eso continúe
creciendo en nosotros y en nuestro entorno, detengámoslo y reflexionemos sobre
estas cosas, nos daremos cuenta de nuestra necesidad de protección continua, y
eso solamente lo encontramos en Dios y su palabra que dice: el que habita al abrigo del Altísimo,
morará bajo la sombra del Omnipotente y puede decir a Dios, esperanza mía
castillo mío, mi Señor en quién confiaré. Salmo 91:1
Jesús dice; No temas, cree solamente. (Marcos 5:36)
Lo único que trae verdadera
seguridad, es depositar la fe en Dios por medio de la obra redentora de Cristo
su Hijo Amado. Bendiciones. P. Sosa
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