martes, 17 de septiembre de 2019

Violencia de género





Mucho se está hablando en este tiempo de la violencia de género.
Pero ¿Qué es la violencia en realidad?
Según el diccionario de la lengua castellana: Violencia es la expresión espontánea de persona irascible, iracunda y brusca.
Es por eso que aumenta cada día y no solamente de género, sino también escolar, laboral, familiar, política, religiosa, legislativa, educativa, etc.
Pues persona violenta hay en todo lugar y donde quiera que esté, se manifiesta con brusquedad contra el ser más cercano. Porque la violencia es violencia y toma nombre dentro del espacio o ámbito en el que ocurre. Con estas tristes experiencias tan dolorosas y que nadie debería pasar por esto, ya que vivimos en una sociedad civilizada, ¿civilizada?
Nosotros los mayores debemos tratar de recobrar la templanza, hacer uso del dominio propio, una característica de personas de bien. Con esa actitud podemos educar con el ejemplo personal a niños, adolescentes y jóvenes, mostrándole lo hermoso que es vivir en paz y armonía.
Teniendo en cuenta los consejos de Dios para nuestro diario andar. Lo primero que necesitamos es, armonizar nuestra relación con El, pedirle que perdone el pecado de no haberlo tenido en cuenta y nos acepte como hijo, eso produce armonía interior, lo cual me permite tener armonía con los demás.
Leemos en las Sagradas Escrituras lo siguiente: Vivan en armonía unos con otros. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal. (Romanos 12:17)
¿Cómo podemos llegar a tener este estilo de vida?
Esto es posible cuando aceptamos lo que Dios hizo a favor de la humanidad, en la cruz del calvario, entregando a su propio Hijo a la muerte de Cruz, para que usted y yo, tengamos un gran Sumo sacerdote que interceda ante el Padre celestial, quien se levantó con poder de entre los muertos, para darnos nueva vida por amor a usted y por amor a mí. Aceptemos ese sacrificio y esa invitación de arreglar nuestras cuentas con Dios, por medio de la muerte redentora de Cristo.  Eso hará que dejemos de ser violento para ser más comprensivo y amables con nuestros prójimos.
Es importante el rol de ustedes, las mujeres madres y futuras madres.
Les animo a tomar el protagonismo, mirando el futuro pero viviendo el presente, con respecto a frenar el aumento de la violencia de género. ¿Cómo?
Ustedes tienen el enorme privilegio de influir en la vida de sus hijos cuando son grandes; mi propuesta es, que comiencen esa influencia desde bebé. Enseñándoles, instruyéndoles referente al respeto por la mujer; recordándoles que toda mujer cualquiera sea su condición o situación, es potencialmente una madre, coheredera de la gracia de la vida, por lo tanto se merece respeto y protección de parte del varón o llamado sexo fuerte. Pues no es coherente ni admisible que se idolatre a la madre y se maltrate a la esposa, novia o compañera.
Asimismo a las nenas desde muy temprana edad, hay que enseñarles a valorarse a sí mismas,  a mantener la pureza moral, a respetarse ellas mismas para así ser respetadas como personas. Todos estos valores y principios nunca debían haberse perdido, pero estamos a tiempo de  volver a recuperar, a fin de que cada niño o niña, reciba la formación necesaria para ser una persona de bien, creciendo emocionalmente sanos y respetuosos de los valores humanos, en medio de una sociedad deteriorada por la violencia.
Nunca más vigente que ahora el mandato de Dios; instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él. Proverbios 22:6
Y así se estará construyendo una sociedad sin violencia donde podamos vivir plenamente el mandato de Jesús; ámense los unos a los otros.



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