Mucho se está
hablando en este tiempo de la violencia de género.
Pero ¿Qué es la
violencia en realidad?
Según el diccionario de la lengua castellana: Violencia
es la expresión espontánea de persona irascible, iracunda y brusca.
Es por eso que
aumenta cada día y no solamente de género, sino también escolar, laboral,
familiar, política, religiosa, legislativa, educativa, etc.
Pues persona
violenta hay en todo lugar y donde quiera que esté, se manifiesta con
brusquedad contra el ser más cercano. Porque
la violencia es violencia y toma nombre dentro del espacio o ámbito en el que
ocurre. Con estas tristes experiencias tan dolorosas y que nadie debería
pasar por esto, ya que vivimos en una sociedad civilizada, ¿civilizada?
Nosotros los
mayores debemos tratar de recobrar la templanza, hacer uso del dominio propio,
una característica de personas de bien. Con esa actitud podemos educar con el
ejemplo personal a niños, adolescentes y jóvenes, mostrándole lo hermoso que es
vivir en paz y armonía.
Teniendo en cuenta
los consejos de Dios para nuestro diario andar. Lo primero que necesitamos es,
armonizar nuestra relación con El, pedirle que perdone el pecado de no haberlo
tenido en cuenta y nos acepte como hijo, eso produce armonía interior, lo cual
me permite tener armonía con los demás.
Leemos en las
Sagradas Escrituras lo siguiente: Vivan en armonía unos con otros. No paguen a nadie mal por
mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Hasta
donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. No te dejes vencer
por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal. (Romanos 12:17)
¿Cómo podemos llegar a tener este estilo de
vida?
Esto es posible cuando aceptamos lo que Dios hizo a favor
de la humanidad, en la cruz del calvario, entregando a su propio Hijo a la
muerte de Cruz, para que usted y yo, tengamos un gran Sumo sacerdote que
interceda ante el Padre celestial, quien se levantó con poder de entre los muertos,
para darnos nueva vida por amor a usted y por amor a mí. Aceptemos ese
sacrificio y esa invitación de arreglar nuestras cuentas con Dios, por medio de
la muerte redentora de Cristo. Eso hará
que dejemos de ser violento para ser más comprensivo y amables con nuestros
prójimos.
Es importante el rol de ustedes, las
mujeres madres y futuras madres.
Les animo a
tomar el protagonismo, mirando el futuro pero viviendo el presente, con
respecto a frenar el aumento de la violencia de género. ¿Cómo?
Ustedes tienen
el enorme privilegio de influir en la vida de sus hijos cuando son grandes; mi
propuesta es, que comiencen esa influencia desde bebé. Enseñándoles,
instruyéndoles referente al respeto por la mujer; recordándoles que toda mujer
cualquiera sea su condición o situación, es potencialmente una madre,
coheredera de la gracia de la vida, por lo tanto se merece respeto y protección
de parte del varón o llamado sexo fuerte. Pues no es coherente ni admisible que
se idolatre a la madre y se maltrate a la esposa, novia o compañera.
Asimismo a las
nenas desde muy temprana edad, hay que enseñarles a valorarse a sí mismas, a mantener la pureza moral, a respetarse
ellas mismas para así ser respetadas como personas. Todos estos valores y
principios nunca debían haberse perdido, pero estamos a tiempo de volver a recuperar, a fin de que cada niño o
niña, reciba la formación necesaria para ser una persona de bien, creciendo
emocionalmente sanos y respetuosos de los valores humanos, en medio de una
sociedad deteriorada por la violencia.
Nunca más vigente
que ahora el mandato de Dios; instruye
al niño en su camino y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él. Proverbios
22:6
Y así se estará
construyendo una sociedad sin violencia donde podamos vivir plenamente el
mandato de Jesús; ámense los unos a los otros.
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