Hay un concepto equivocado con respecto a la creencia del
pueblo evangélico. Se dice que no creemos en la virgen María y tampoco en los santos.
Esto
es un error,
porque si hay alguien que realmente cree en la virginidad y santidad de María,
es el creyente en Cristo Jesús.
Ahora bien, esa creencia no implica aceptación, adoración ni petición a las imágenes que supuestamente representan a esas personas que vivieron en la antigüedad.
Ahora bien, esa creencia no implica aceptación, adoración ni petición a las imágenes que supuestamente representan a esas personas que vivieron en la antigüedad.
¿Por
qué no aceptamos, ni adoramos las imágenes y por qué no hacemos peticiones a
ellas?
Porque somos seguidores del Cristo
resucitado y nuestro manual de vida es el evangelio de Jesucristo y la santa
palabra de Dios.
En ella leemos que Dios dio mandamientos específicos con respecto a esto.
El mandamiento divino dice; No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar. No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Éxodo 20:1
Por lo tanto el pueblo evangélico no usa imágenes para su adoración a Dios, porque es imposible representar físicamente con algo al Dios viviente, además el conocimiento de la persona de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es espiritual y no física, los que vivieron en la época cuando Jesús estuvo físicamente en esta tierra, lo vieron en lo físico nosotros lo vemos en el Espíritu.
No rezamos ni oramos a los santos varones o mujeres que ya han partido para estar en la presencia de Dios, porque esa práctica está prohibida por nuestro Dios.
Está escrito que ningún hombre o mujer, deberá consultar a los muertos o hablar con ellos. (Levítico 20:27)
En ella leemos que Dios dio mandamientos específicos con respecto a esto.
El mandamiento divino dice; No tengan otros dioses aparte de mí. No hagan ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar. No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Éxodo 20:1
Por lo tanto el pueblo evangélico no usa imágenes para su adoración a Dios, porque es imposible representar físicamente con algo al Dios viviente, además el conocimiento de la persona de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es espiritual y no física, los que vivieron en la época cuando Jesús estuvo físicamente en esta tierra, lo vieron en lo físico nosotros lo vemos en el Espíritu.
No rezamos ni oramos a los santos varones o mujeres que ya han partido para estar en la presencia de Dios, porque esa práctica está prohibida por nuestro Dios.
Está escrito que ningún hombre o mujer, deberá consultar a los muertos o hablar con ellos. (Levítico 20:27)
Ellos ya cumplieron con el
propósito de Dios en esta tierra ahora ya se fueron a descansar, por lo tanto
ya no tienen conexión con el mundo de los vivos, están en otra dimensión.
Además cuando en la Biblia leemos acerca de los santos, se refiere a las personas que viven físicamente, que trabajan, estudian, atienden a su familia, sufren, lloran, se divierten, asumen responsabilidades, son parte de la sociedad, pero diferente, pues son personas que han nacido de nuevo en Cristo Jesús, por lo tanto practican la santidad de vida diaria, dependiendo de Cristo para todas sus acciones.
O sea que los santos no son solamente los que han muerto en santidad, sino los que viven una vida de santidad y cuando parten de este mundo, continúan viviendo eternamente en esa condición.
Por eso María, los Apóstoles del Señor y todos los hombres y mujeres de la antigüedad que han muerto físicamente, ya no pueden hacer nada por nosotros que estamos vivos, pues están en una dimensión diferente, en espera de la resurrección final.
Además cuando en la Biblia leemos acerca de los santos, se refiere a las personas que viven físicamente, que trabajan, estudian, atienden a su familia, sufren, lloran, se divierten, asumen responsabilidades, son parte de la sociedad, pero diferente, pues son personas que han nacido de nuevo en Cristo Jesús, por lo tanto practican la santidad de vida diaria, dependiendo de Cristo para todas sus acciones.
O sea que los santos no son solamente los que han muerto en santidad, sino los que viven una vida de santidad y cuando parten de este mundo, continúan viviendo eternamente en esa condición.
Por eso María, los Apóstoles del Señor y todos los hombres y mujeres de la antigüedad que han muerto físicamente, ya no pueden hacer nada por nosotros que estamos vivos, pues están en una dimensión diferente, en espera de la resurrección final.
La
única persona que vivió, murió y resucito es nuestro Señor Jesucristo.
Él dice esto; No tengas miedo. Yo soy el primero y el último, y estoy vivo.
Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre, y tengo poder sobre la muerte.
Revelaciones 1:17-18.
Esto explica porque no tenemos necesidad de imágenes, pues nuestra adoración y petición es al que vive por los siglos de los siglos.
Bendiciones.
Esto explica porque no tenemos necesidad de imágenes, pues nuestra adoración y petición es al que vive por los siglos de los siglos.
Bendiciones.
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