lunes, 2 de septiembre de 2019

Entonces ¿Qué hacer? ¿Cómo lograr el cambio? ¿Cómo sanar esta sociedad?




La Biblia dice esto; Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. Jeremías 3: 22
Este es el primer paso para ser sanado el ser humano.
Convertirse o sea volverse a Dios, reconocerlo en su diario vivir, viviendo de la manera que Dios quiere que se viva.
¿Cómo saber lo que Dios quiere para mí?
Dirá usted, la respuesta es; escuchando y leyendo la palabra de Dios, que es La Biblia.
Si, ya sé, usted se está preguntando, ¿me tengo que volver religioso?
Quédese tranquilo, la respuesta es no.
Las religiones tampoco son la respuesta al problema humano, al contrario muchas veces, yo diría en gran parte, contribuyen a los problemas que afectan a la humanidad, provocando enemistades, enfrentamientos y luchas de poderes.
La respuesta al problema humano, se encuentra en una persona, un Hombre que vino este a mundo hace más de dos mil años.

El religioso cumple con los rituales que están en La Biblia. El cristiano vive de acuerdo a las enseñanzas que están en La Biblia.

Por eso es importante escuchar y creer lo que La Biblia dice.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Juan 1:11-13

Aceptar que los mandamientos de Dios, son principios de vida, que Dios quiere que lo incorporemos para nuestro bien, enseñanzas que nos ayudan a enfrentar las distintas dificultades, que encontraremos a lo largo de nuestra existencia en este mundo.

Leemos; Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñarme, para redargüirme, para corregirme, para instruirme en justicia, a fin de que cómo persona creada por Dios, viva una vida plena de bienestar en armonía con mis semejantes. 2 Timoteo 3: 16

También es necesario hacer las paces con el creador del universo, y por lo tanto Dueño de todo lo que hay en él, incluyéndonos a nosotros los humanos.

Él nos enseña que hacer y cómo hacer, para que esto vaya cambiando.
Leemos en su palabra lo siguiente; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonare sus pecados, y sanare su tierra.
 2 Crónicas 7:14
Por lo tanto, la contaminación ambiental, la corrupción, la injusticia, la ambición desmedida, la inseguridad, la depravación moral y todo lo que eso encierra, solo tiene solución en Cristo y su Obra Redentora en la Cruz del Calvario.  Bendiciones



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