Solamente el orgullo humano, no puede reconocer o aceptar esto.
¿Hay alguien todavía que no sepa que Dios lo hizo todo con su mano? En su mano está la vida de todo ser viviente. El oído distingue las palabras, igual que el paladar reconoce los sabores. Los ancianos tienen sabiduría; la edad les ha dado entendimiento. Pero Dios es sabio y poderoso; él hace planes, y los lleva a cabo. Lo que Dios destruye, nadie lo puede reconstruir; al que Dios encierra, nadie lo puede libertar. Si él retiene la lluvia, todo se seca; si le da salida, se inunda la tierra. Su poder le da siempre la victoria. Sujetos a él están el engañado y el que engaña. Él hace que los sabios pierdan su inteligencia y que los jueces se vuelvan locos. Deja sin autoridad a los reyes y los hace ir cautivos y desnudos. Quita a los sacerdotes de su oficio y derroca a los que están en el poder. A los consejeros de confianza deja sin palabra y quita el buen juicio a los ancianos. Hace que los señores queden sin honra y que los fuertes pierdan su fuerza. Da a conocer los secretos más ocultos y saca a la luz las cosas más oscuras. Él engrandece y destruye a las naciones, las dispersa y las reúne. Quita la inteligencia a los jefes de un país y los hace perderse en un desierto sin camino, donde andan a tientas en la oscuridad, tambaleándose como borrachos. Job 12:9-25.
El ser humano se atribuye grandes logros a lo largo de su existencia, y es verdad, hay muchas cosas que las personas realizan. Pero nunca debemos olvidar, que todo lo que somos o todo lo que podemos hacer es gracias a Dios. Porque de él recibimos la vida, la capacidad creadora, la inteligencia, la fuerza y el poder hacer. Esto también es un recordatorio para los señores gobernantes de grandes potencias, o de pequeños países en desarrollo, asimismo para los señores jueces que deben impartir justicia humana, sin hacer distinción de personas por su condición social, su poder económico, su clase social, condición física o emocional. Porque hay un día dispuesto por Dios, en el cual cada persona que hemos pasado por este mundo, tendremos que rendir cuentas de nuestros actos en esos lugares de privilegios que cada uno hemos tenido. La biblia nos recuerda que; Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12:14. Por lo tanto no debemos ser orgullosos y reconocer que Dios es el creador y sustentador de todas las cosas.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.