Porque el Altísimo, el que vive para siempre y cuyo nombre es
santo, dice: Yo vivo en un lugar alto y sagrado, pero también estoy con el
humilde y afligido, y le doy ánimo y aliento. Isaías 57:14
¡Cuánta ignorancia y desconocimiento
acerca de Dios y su naturaleza hay en las personas! La creencia natural es que
Dios está muy lejos del ser humano, y que por lo tanto no se interesa por lo
que le esté sucediendo o por lo que le pasa. Piensa que solamente está
interesado en arruinarle la vida, coartarle la libertad y condenarlo por tomar
decisiones de vivir como quiere. ¡Eso es un engaño y mentira diabólica! Todo
este pensamiento que alimenta el ser humano, es porque está en tinieblas y no
puede ver con claridad, el príncipe de este mundo le ha cegado el entendimiento
y no puede entender ni aceptar que Dios en la persona de Cristo, se haya hecho
cargo de la deuda que el hombre y la mujer tiene con Dios. ¡No es posible!
Piensa la persona, Dios no puede perdonar así porque sí nomas los pecados que
se cometen contra Él, algo tiene que pagar el ser humano por su rebeldía contra
Dios.
No puede darse cuenta que no es Dios
quien está lejos del ser humano, sino que, es la persona que está apartada y
separada de Dios. Por lo tanto imposibilitada de acercarse a Dios por sus
propios medios, se necesita un mediador entre la persona y Dios. Porque Dios es
Justo y Santo. Es por eso que Dios se acerca a la humanidad por medio de la
persona de Jesús su Hijo amado, y lo constituye como; Único Camino, Única Puerta y
Único Mediador entre Dios y las personas. Ahora usted se preguntará,
¿Cómo me acerco a Jesús? ¿Cómo hago para pedirle ayuda? Quiero decirle que el
camino a Jesús se llama arrepentimiento, y la línea que le conecta a Él, se
llama humildad. Solamente una persona que se humilla ante Dios, reconoce que lo
necesita, que necesita su perdón, necesita su consuelo, necesita de su Gracia
Redentora, porque se da cuenta que está perdido, sin Dios y sin esperanza en
este mundo y que de continuar así, va camino a la condenación eterna.
Dicen Las Sagradas Escrituras; Porque
no hay otro nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos, solamente
en el nombre de Jesús.
Permítame una pregunta más, ¿usted,
tuvo su encuentro personal con Jesús el salvador?
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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