Hijo mío, conserva el buen juicio; no pierdas de vista la discreción.
Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar.
Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán.
Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás
tranquilo.
No temerás ningún desastre repentino, ni la desgracia que sobreviene a
los impíos.
Porque Dios el Señor estará
siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario