Pidan a Dios el Padre, y él les dará. Hablen con Dios, y
encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque
el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama,
es atendido.
Nadie le da a su hijo una piedra, si él
le pide pan. Ni le da una serpiente, si le pide un
pescado.
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor
razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las
pidan.
Traten a los demás como ustedes quieran
ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia.
Sean santos como vuestro Padre
celestial es Santo.
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