miércoles, 26 de junio de 2019

El ser humano y la ley





Si hay algo que perturba al ser humano en todos los órdenes de la vida, son las leyes humanas y las de Dios, es por eso que trata de ignorarla voluntariamente.
Como seres humanos muchas veces se piensa que la ley es para el otro, que yo estoy exento, es como si nos gustara estar fuera de la ley, o no tener que responder ante la misma, parece que eso es más divertido y que no me afecta.
¿Será así? ¿Es necesaria la ley?  ¿En qué nos ayuda?
Si entendemos que las leyes están para direccionar la vida del ser humano hacia lo bueno, lo correcto y lo saludable. Sabremos que es sumamente necesaria, de lo contrario cada uno haría lo que mejor le parece y estaría bien. ¿Quién podrá decir lo contrario? ¿En base a qué?
Como no se entiende esto, se trata de conseguir leyes que avalen conductas inapropiadas, pensamientos erróneos y que no son necesarias, simplemente porque no todos desean ese tipo de vida o comportamiento. Es mejor que esa minoría que clama por nuevas leyes trate de ponerse a tono con las leyes vigentes, antes que obligar a la mayoría de las personas que acepten leyes que van en contra de sus buenos principios y valores.
Es verdad también que las leyes siempre cumplen dos funciones a saber; protege al que la respeta y condena al que la transgrede. Es por eso que debemos velar por las leyes que amparan y protegen lo bueno, lo honesto, lo saludable y los principios y valores cristianos.
Naturalmente las personas se rebelan ante una determinada ley que no les permite hacer lo que quieren. Pero eso no hace que una ley sea mala, al contrario resguarda de cometer errores que después hay que lamentar.
Es cierto que muchas de las leyes que se crearon en los palacios legislativos no todas son justas, porque no todas están para todos los ciudadanos, sino para determinados sectores sociales o económicos. Pero también es cierto que muchas de ellas sí son para todos.
Eso sí, tengamos en cuenta que las leyes dadas por Dios son todas justas.
Esto  dicen Las Sagradas Escrituras: La Ley de Dios es perfecta, que convierte el alma. Salmo 19:7
Los seres humanos por causa de la desobediencia de Adán y Eva en el principio mismo de la creación, se han declarado en rebeldía contra el Creador, por lo tanto no pueden ni quieren aceptar sus leyes de vida, que Dios dispuso para su máxima creación que es la raza humana.
Pero debemos entender que las leyes establecidas por Dios para el ser humano, guste o no, se acepte o no, se respete o no esas leyes no pierden vigencia y nunca van a ser derogadas, siempre van a cumplir el propósito para lo cual ha sido dada, aun cuando los seres humanos en su soberbia, promulguen leyes contrarias a las dispuestas por Dios.
Por lo tanto, reflexionemos un momento y aceptemos para nuestro bien, el ajustar nuestra vida a lo que Dios como nuestro creador dispuso, y no tratemos de ignorar, porque eso nos juega en contra y la consecuencia lógica es tener una vida sin sentido, vacía de toda esperanza, sin certeza de un final feliz.
Los que aman tu palabra Dios, disfrutan de mucha paz y no sufren ningún tropiezo.


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