domingo, 30 de junio de 2019
miércoles, 26 de junio de 2019
El ser humano y la ley
Si hay algo que perturba al ser humano en todos los órdenes
de la vida, son las leyes humanas y las de Dios, es por eso que trata de
ignorarla voluntariamente.
Como seres humanos muchas veces se piensa que la ley es para
el otro, que yo estoy exento, es como si nos gustara estar fuera de la ley, o
no tener que responder ante la misma, parece que eso es más divertido y que no
me afecta.
¿Será así? ¿Es
necesaria la ley? ¿En qué nos ayuda?
Si entendemos que las leyes están para direccionar la vida
del ser humano hacia lo bueno, lo correcto y lo saludable. Sabremos que es sumamente
necesaria, de lo contrario cada uno haría lo que mejor le parece y estaría bien.
¿Quién podrá decir lo contrario? ¿En base a qué?
Como no se entiende esto, se trata de conseguir leyes que
avalen conductas inapropiadas, pensamientos erróneos y que no son necesarias, simplemente
porque no todos desean ese tipo de vida o comportamiento. Es mejor que esa
minoría que clama por nuevas leyes trate de ponerse a tono con las leyes
vigentes, antes que obligar a la mayoría de las personas que acepten leyes que
van en contra de sus buenos principios y valores.
Es verdad también
que las leyes siempre cumplen dos funciones a saber; protege al que la respeta
y condena al que la transgrede. Es por eso que debemos velar por las
leyes que amparan y protegen lo bueno, lo honesto, lo saludable y los
principios y valores cristianos.
Naturalmente las personas se rebelan ante una determinada ley
que no les permite hacer lo que quieren. Pero eso no hace que una ley sea mala,
al contrario resguarda de cometer errores que después hay que lamentar.
Es cierto que muchas de las leyes que se crearon en los
palacios legislativos no todas son justas, porque no todas están para todos los
ciudadanos, sino para determinados sectores sociales o económicos. Pero también
es cierto que muchas de ellas sí son para todos.
Eso sí, tengamos en
cuenta que las leyes dadas por Dios son todas justas.
Esto dicen Las Sagradas Escrituras: La Ley de Dios
es perfecta, que convierte el alma. Salmo 19:7
Los seres humanos por causa de la desobediencia de Adán y Eva
en el principio mismo de la creación, se han declarado en rebeldía contra el
Creador, por lo tanto no pueden ni quieren aceptar sus leyes de vida, que Dios
dispuso para su máxima creación que es la raza humana.
Pero debemos
entender que las leyes establecidas por Dios para el ser humano, guste o no, se
acepte o no, se respete o no esas leyes no pierden vigencia y nunca van a ser
derogadas, siempre van a cumplir el propósito para lo cual ha sido dada, aun
cuando los seres humanos en su soberbia, promulguen leyes contrarias a las
dispuestas por Dios.
Por lo tanto, reflexionemos un momento y aceptemos para
nuestro bien, el ajustar nuestra vida a lo que Dios como nuestro creador
dispuso, y no tratemos de ignorar, porque eso nos juega en contra y la
consecuencia lógica es tener una vida sin sentido, vacía de toda esperanza, sin
certeza de un final feliz.
Los que aman tu palabra Dios, disfrutan de mucha paz y no
sufren ningún tropiezo.
domingo, 23 de junio de 2019
La buena batalla de la fe
Ante
tanta incertidumbre social, laboral, política y económica, esto dice la Biblia.
Pelea
la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna. 1Timoteo 6:12
La
fe es un don precioso que tenemos todos los seres humanos, el problema es que
muchas veces se deposita en lugar equivocado, donde no reditúa ningún beneficio
personal.
Sin
embargo la fe nos fue dada para nuestro bien, es para agradar a Dios nuestro
creador y acercarnos a él.
Las
personas continuamente manifiestan tener fe, ser muy religiosas, pero sus vidas
permanecen vacías de contenido espiritual que muchas veces terminan en un pozo
depresivo, sin saber dónde ir o a quién acudir ni en quien creer para salir de
esa situación.
Se
olvidan que es ahí, donde hay que pelear la buena batalla de la fe para mejorar
la calidad de vida terrenal y alcanzar la vida eterna.
Pero
¿cómo, dirá usted? Poniendo la fe en el lugar correcto, o sea en Cristo, quien
es el autor y consumador de la fe, para el que cree todo le es posible.
Pelear
la buena batalla, significa dejar de confiar en aquella persona, religión u
objeto que no ha podido satisfacer las necesidades espirituales o física cuando
más lo necesitó, aun cuando por mucho tiempo confió en ello siguiendo la
tradición familiar, y depositar su fe, en la única persona que dijo; No te he
dicho que si crees, veras la gloria de Dios.
Y
la gloria de Dios se ve cada día en la vida de las personas que han puesto su
confianza en Cristo.
Dios
se glorifica cuidando, consolando, proveyendo, sanando y satisfaciendo todas las
necesidades humanas de los que confían en Él en medio de un contexto de
corrupción, engaño, mentira, injusticia y pobreza que abruma el alma humana.
Si
usted todavía no deposito su fe en Jesús, puede hacerlo ahora. No es necesario
continuar en esa situación de angustia y soledad, hay esperanza cierta de
mejora, no de parte del ser humano ni de la política, ni de los gobernantes,
tampoco de la religión, sino de Dios que ama profundamente al ser humano sin distinción
de raza, posición social o situación personal.
¡¡¡Comience a pelear usted también
la buena batalla de la fe!!!
domingo, 16 de junio de 2019
Modelo de Padre
Pidan a Dios el Padre, y él les dará. Hablen con Dios, y
encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque
el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama,
es atendido.
Nadie le da a su hijo una piedra, si él
le pide pan. Ni le da una serpiente, si le pide un
pescado.
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor
razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las
pidan.
Traten a los demás como ustedes quieran
ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia.
Sean santos como vuestro Padre
celestial es Santo.
sábado, 15 de junio de 2019
El desafío de ser padres hoy.
¡Alabemos a nuestro Dios! ¡Dios bendice
a quienes lo adoran y gozan cumpliendo sus mandamientos!
Los hijos de la gente honrada dominarán
el país y serán siempre bendecidos. Tendrán en su casa muchas riquezas, y
siempre triunfarán en todo. Salmo 112
Ser padre hoy, es el gran
desafío que enfrenta cada varón, en medio de una sociedad que no quiere
aceptar, el orden establecido por Dios, desde el principio.
Pero
si cada varón, se propone acudir a Dios, por medio de Jesucristo, sin duda que
todo será diferente.
Dios
lo puso como cabeza de hogar, quien junto a su esposa puede y debe hacerse
responsable, de los hijos que vengan de esa relación de amor.
Teniendo
en claro que la autoridad del hogar
es él, para cuidar del mismo. Nunca para
maltratar a la esposa, ni abusar de los hijos. Sino siendo ejemplo a seguir
como persona de bien. Mostrando con
su conducta, sus palabras y actitud que se puede vivir en paz, ser feliz y disfrutar estar en familia.
lunes, 10 de junio de 2019
¿Por qué andamos tristes?
El desconocimiento que hay de Dios y su
palabra en nuestra sociedad, hace creer que tener comunión y relacionarse con
Dios es aburrido, que no hay alegría, que divertirse es malo.
Nada más lejos de la verdad, quizás la
religión o la religiosidad sean monótonas que se vuelven aburridas, porque
tiene muchos reglamentos humanos que hacen que sea así.
Sin embargo la relación con Dios es una
hermosa aventura de vida, el gozo de su presencia es maravilloso, y con
distintas situaciones diarias que invitan a que sean resueltas sin quitarnos la
alegría de vivir.
Debemos saber, si hay algo que Dios desea realmente
para el ser humano es que ¡Sea feliz! Que viva con alegría, con gozo, a pesar
de las circunstancias que le toque atravesar, ya que en eso consiste la vida,
en momentos buenos, pero también de momentos que no nos parecen tan buenos,
pero hay que superarlos.
En las Sagradas Escrituras encontramos
permanentemente el mandato de Dios a que vivamos con alegría: ¡Alégrense
de veras los que buscan al Señor Dios!
¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia! (1Crónicas 16:11)
¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia! (1Crónicas 16:11)
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios
todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de
este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el
entendimiento de los que ya son de Cristo. (Filipenses 4)
Las personas felices son
aquellas que buscaron y encontraron el reino de Dios y su justicia, y tomaron
la decisión de vivir en el.
Viviendo una vida sencilla, tratando
de hacer el bien cada momento, sin importar a quien sea, sino que disfruta en
compadecerse y ayudar al prójimo.
El amor
del Señor envuelve a los que en él confían. Alégrense en el Señor, hombres
buenos y honrados; ¡alégrense y griten de alegría! (Salmo
32:10-11)
sábado, 8 de junio de 2019
Pensemos en el dinero
Es tiempo que
pensemos, que tener dinero es bueno y necesario, pues usándolo correctamente se
pueden realizar muchas cosas en bien nuestro, de la familia y de la sociedad en
la cual vivimos.
El asunto es
¿De qué manera llega a nosotros ese dinero?
Ya que hay
varias formas de conseguirlo.
Pero ¿Cuál es
la correcta?
Porque
últimamente el ser humano está un poco confundido con respecto a esto, ya que
ofrecen distintas alternativas para conseguirlo, una es trabajando, otra a
través del juego de azar o de las otras que no voy a nombrar, pero que todos
conocemos.
También
debemos pensar en
¿Cómo lo voy a
usar? ¿Cuáles son mis prioridades?
Porque el
dinero debe ser nuestro sirviente, no nuestro amo, de lo contrario en lugar de
ser nuestra ayuda, pasa a ser nuestro problema.
Es importante
y necesario saber cuál es el pensamiento de Dios referente a este tema, ya que
la única palabra autorizada es la del que dijo,
mía es la plata, y mío es el oro ha dicho Jehová de los
ejércitos. (Hageo 2:8)
Pero, Dios nos
advierte por medio de Su Palabra que; raíz
de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6:10)
También dice:
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en
las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Que hagan
bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí
buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. (1 Timoteo 6:17-19)
Ahora bien, no
mal interpretemos, Dios no está en contra de las riquezas ni de los ricos. Sino
más bien lo que nos quiere enseñar, es el buen uso de la riqueza.
Él quiere
librarnos del egoísmo natural del ser humano, que normalmente busca acumular
más de lo necesario, sin importarle las necesidades del que menos tiene o el indigente.
Pero, recuerde
también que las Sagradas Escrituras dice; El
que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno
para que tenga que compartir con el que padece necesidad. (Efesios 4:28)
También
debemos tener en cuenta que Dios no avala la vagancia, ni la ociosidad, sino
que permanentemente nos insta a trabajar.
En 2
Tesalonicenses 3:10-13 dice; Porque también cuando estábamos con ustedes, les
ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
Porque oímos
que algunos de entre ustedes andan desordenadamente, no trabajando en nada,
sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro
Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y ustedes
no se cansen de hacer bien.
Esto no se
refiere a las personas, que queriendo trabajar, no consiguen,
Sino que es
para aquellos, que no quieren trabajar, que les gusta vivir de “arriba”, porque
trabajo siempre hay, lo que suele faltar, es una buena paga en efectivo. Pero
es cierto también, que el bien que hacemos a alguien, nunca queda sin su
recompensa.
Siempre que
necesite trabajar, no pregunte ¿cuánto va a ganar? Sino ¿Cuánto va a aprender?
Porque lo que gane, cualquiera sea el monto recibido, se termina. En cambio lo
que aprenda, por más pequeño que sea, lo acompañará toda la vida, y le hará
ganar lo necesario.
La buena
persona debe tener por costumbre, cultivar la cultura del trabajo honesto, el
comercio lícito, la profesión sabia y el oficio responsable, con los cuales
pueda ganarse el sustento propio y para la familia, como así también ayudar al
prójimo.
Asimismo es de
sabios e inteligentes animar a los adolescentes y jóvenes, que aunque estén
estudiando traten de ocupar el tiempo libre en algo provechoso, tratando de
aprender algo más que les permita tener su propio dinero a fin de costearse sus estudios académicos y colaborar
con sus padres en ese sentido.
Por ultimo
dice el Salmo 112 Bienaventurado el
hombre que teme a Dios, bienes y riquezas hay en su casa, el hombre de bien
tiene misericordia y presta, no tendrá temor de malas noticias, su corazón está
firme, confiado en Dios. Se deleita en la Palabra de Dios y todo lo
que hace prosperara.
El dinero es
necesario pero no debemos dejarnos esclavizar por él. Proverbios 10:22 dice; la bendición de Dios es la que enriquece, y
no trae tristeza con ella.
viernes, 7 de junio de 2019
¿Amigos o siervos?
Es muy interesante poder reflexionar sobre
este pasaje de las Escrituras.
Es una enseñanza de Jesús, hablando con
sus discípulos, donde pone pautas claras para aquellos que quieren ser amigo de
Él.
Lo que llama la atención es que, comienza
con el mandato de amarse unos a otros, no de cualquier forma, sino conforme al
modelo que les muestra.
Jesús dijo: esto es lo que les mando: que se amen unos a otros, así como yo los amo a ustedes. Nadie muestra más amor que quien da la
vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les
mando. Ya no los llamo
sirvientes, porque un sirviente no sabe lo que hace su jefe. Los llamo amigos,
porque les he contado todo lo que me enseñó mi Padre.
Ustedes no fueron los que me eligieron a mí,
sino que fui yo quien los eligió a ustedes. Les he mandado que vayan y sean
como las ramas que siempre dan mucho fruto. Así, mi Padre les dará lo que
ustedes le pidan en mi nombre. Esto
les ordeno: Que se amen unos a otros. Juan
15: 12-17
Jesús
les hace ver, que no hay nadie que pueda mostrar mayor amor que Él, pues el
vino para morir en la cruz por la humanidad, cosa que ningún otro podía hacer.
Eso
le faculta a Jesús, para poner condiciones a quienes quieran ser sus amigos.
Si
aceptan esa condición, no solo son amigos, sino que obtienen un grado mayor de
comunión con Él.
Ahora
bien, esto muestra claramente que se puede ser siervos de Cristo o amigos de
Cristo. ¿Cómo saber a qué grupo pertenezco? Es normal que todos quisiéramos ser
amigos y no siervos solamente. Pero, ¿Hasta dónde estamos dispuestos a obedecer
a Cristo, sin cuestionamientos?
Así
podemos entender, por qué hay hermanos y pastores que reciben revelación de las
Escrituras, dando una enseñanza clara a los oyentes, y otros simplemente repiten lo que escucharon
de otros sin profundidad.
También
por qué hay vidas fructíferas, y otras no tanto o vacías. El siervo termina su
tarea y se va a descansar, los amigos continúan juntos aun después de las
tareas realizadas, porque se aman y se necesitan.
Por
otro lado Él nos recuerda también que, fue Él quien nos eligió a nosotros, y no
nosotros a Él, y si hemos aceptado decir sí, fue sin condiciones de parte
nuestra.
Por
lo tanto, mi vida no me pertenece, voluntariamente se la entrego a Cristo para
hacer su voluntad. En cambio, aquel que no acepta la propuesta de ser amigo de
Cristo, continúa siendo siervo, no es desechado, pero tiene acceso restringido
para algunos misterios del evangelio, a diferencia del amigo a quien Cristo le
cuenta todo lo que necesita saber para una vida de plenitud y un servicio
excelente.
Dicen
las Sagradas Escrituras. Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que
estén conmigo. El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá. Salmo 101:6
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