lunes, 29 de abril de 2019

Medicina para un mundo enfermo.



El ser humano está enfermo, está contaminado por el pecado, y las consecuencias son; odio, resentimientos, injusticia, violencia, avaricia, soberbia, ingratitud, vanagloria, blasfemias, corrupción, perversión, impiedad, etc.
Enfermedades físicas, pero también emocionales y espirituales. Eso va afectando lentamente la vida humana y sus relaciones, pero también la naturaleza toda y nos vuelve vulnerables a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. 
Nuestro mundo está enfermo, nuestro hábitat natural también está enfermo, gravemente enfermo.
El pecado trae enfermedad y muerte, afectando no solo al ser humano, sino a todo su entorno
Eso hace que las personas se enfermen.  Hay mucha contaminación en todo el planeta, eso tiene sus consecuencias en el  ser humano.

Las estadísticas nos muestran esta triste realidad humana.
Hoy en el mundo entero se venden toneladas de medicamentos y en muchos casos son insuficientes, para resolver el problema de la salud humana, la cual continúa deteriorándose.
Están surgiendo enfermedades que aparentemente habían sido erradicadas, y están apareciendo otras nuevas, para las cuales no se conocen medicina capaz de curarlas.

Ahora la pregunta es; ¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es el problema?

Para poder dar un diagnostico perfecto, debemos consultar con el que sabe y conoce el origen del problema de la humanidad, y el único que tiene la medicina correcta para restaurar la salubridad en el mundo.

El problema del ser humano no es lo que vemos, lo que se ve son las consecuencias del verdadero problema.

El problema del ser humano es, haberse desentendido de Dios, eso trae incertidumbre,  soledad, angustia, confusión, violencia, conducta depravada, deseo de venganza, odio,  resentimiento, intolerancia, desprecio por la vida propia y la de los demás.

Dice La Biblia que el hombre está sin esperanza y sin Dios en este mundo. Efesios 2:12

Cuando no hay esperanza, no hay nada, se está vacío, se vive el momento y el presente únicamente, no existe el futuro en el pensamiento de tal persona.
Y si no hay futuro, el presente es lo único que importa, por lo tanto su idea es hacer todo lo que quiere hoy, no importa a quien afecte o dañe, total mañana sencillamente cree, que no estará.
Además al no tener a Dios en su pensamiento ni en sus planes, lo libera de cualquier límite que se lo quisiera imponer.
Porque según su pensamiento, nadie podrá pedirle cuenta de sus acciones, tampoco habrá alguien que lo condene por su conducta.

Para él, todo termina en la tumba, no existe vida después de la muerte, por lo tanto según su pensamiento equivocado es únicamente aquí y ahora que se sufren las consecuencias de los actos realizados.
Es el pensamiento de muchas personas, que el cielo y el infierno están aquí en la tierra en el presente que se vive.
Sin embargo leemos en Las Sagradas Escrituras lo siguiente; Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda obra encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés 12:13-14

Por todo esto, la medicina tradicional y la ciencia, no pueden solucionar el problema humano. 
Por el desconocimiento que hay de Dios y su palabra en el mundo, tratan de solucionar las consecuencias y no el problema que produce estas consecuencias.
Todo lo que el hombre haga para que el mundo cambie, siempre es solamente un paliativo, un calmante, no el remedio que necesita.

Entonces ¿Qué hacer? ¿Cómo lograr el cambio? ¿Cómo sanar esta sociedad?

La Biblia dice esto; Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. Jeremías 3: 22
Este es el primer paso para ser sanado el ser humano.
Convertirse o sea volverse a Dios, reconocerlo en su diario vivir, viviendo de la manera que Dios quiere que se viva.

¿Cómo saber lo que Dios quiere para mí?

Dirá usted, la respuesta es; escuchando y leyendo la palabra de Dios, que es La Biblia.

Si, ya sé, usted se está preguntando, ¿me tengo que volver religioso?

Quédese tranquilo, la respuesta es no.

Las religiones tampoco son la respuesta al problema humano, al contrario muchas veces, yo diría en gran parte, contribuyen a los problemas que afectan a la humanidad, provocando enemistades, enfrentamientos y luchas de poderes.
La respuesta al problema humano, se encuentra en una persona, un Hombre que vino este a mundo hace más de dos mil años.

El religioso cumple con los rituales que están en La Biblia. El cristiano vive de acuerdo a las enseñanzas que están en La Biblia.

Por eso es importante escuchar y creer lo que La Biblia dice.
A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Juan 1:11-13

Aceptar que los mandamientos de Dios, son principios de vida, que Dios quiere que lo incorporemos para nuestro bien, enseñanzas que nos ayudan a enfrentar las distintas dificultades, que encontraremos a lo largo de nuestra existencia en este mundo.

Leemos; Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñarme, para redargüirme, para corregirme, para instruirme en justicia, a fin de que cómo persona creada por Dios, viva una vida plena de bienestar en armonía con mis semejantes. 2 Timoteo 3: 16

También es necesario hacer las paces con el creador del universo, y por lo tanto Dueño de todo lo que hay en él, incluyéndonos a nosotros los humanos.

Él nos enseña que hacer y cómo hacer, para que esto vaya cambiando.
Leemos en su palabra lo siguiente; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonare sus pecados, y sanare su tierra.
 2 Crónicas 7:14

Por lo tanto, la contaminación ambiental, la corrupción, la injusticia, la ambición desmedida, la inseguridad, la depravación moral y todo lo que eso encierra, solo tiene solución en Cristo y su Obra Redentora en la Cruz del Calvario.

Pero para eso, hay que reconocer que el ser humano es incapaz de solucionar sus propios problemas y el de los demás.

No importa las buenas intenciones que tenga,  la cantidad de fiscales o jueces que nombre, o que multiplique y endurezca las leyes, que aumenten las cárceles en el país; nada de eso va a funcionar, si no se permite a Dios que se inmiscuya en nuestros asuntos.

La Biblia nos cuenta que Dios quiere bendecir a toda la humanidad. El mostro su buena voluntad, al mandar a su Hijo Unigénito a este mundo.
Porque para ustedes es la promesa, y para sus hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sean salvos de esta perversa generación. Hechos 2:39-40

¿Por qué no ocurre? ¿Qué es lo que impide? ¿Por qué el mundo se sigue deteriorando?

Escuchemos la respuesta de Jesús: Y esta es la condenación;  que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.
Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:19-21


viernes, 26 de abril de 2019

¿Dónde pasaré la eternidad?



Sabido es que nosotros los seres humanos fuimos hechos por Dios con eternidad en el corazón. Es por eso que la palabra muerte nos asusta un poco y no la queremos mencionar. Muchas veces no queremos pensar ni hablar del tema, pero es necesario tenerlo presente porque nos guste o no, todos vamos a pasar por esa experiencia.
Pero debemos saber que aunque suframos la muerte física, nuestra vida no termina ahí, sino que entramos o pasamos a otra dimensión. Creamos o no, hay vida después de la muerte. Jesús dijo; Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?  (Juan 11:25-26)
Es por eso que las Sagradas Escrituras nos dicen; prepárate para ir al encuentro con tu Dios. Amós 4:12     
Normalmente las personas cuando están por ir de vacaciones hacen todos los preparativos como ser, eligen y escogen un lugar, averiguan sobre el mismo, hacen las reservaciones, pagan por su estadía y luego solo esperan que llegue el momento de la partida, para ir y disfrutar de ese descanso merecido en el lugar escogido.
Ahora bien, si hacemos eso con un lugar físico y transitorio, ¿Cómo no hacer lo mismo cuando se trata de algo eterno? Porque aceptemos o no, todos vamos encaminándonos hacia una eternidad, algunos entraron antes, otros entraremos después, pero al fin todos llegaremos por igual.
Por lo tanto es necesario que lo tomemos en serio y nos informemos sobre el tema. Jesús dijo; Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos;  pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran. (Mateo 7:12-14)
Esto nos enseña que hay dos caminos por el cual llegamos a la eternidad y que cada uno tiene distinto final, uno tiene que ver con la vida eterna con Dios y el otro tiene que ver con la muerte eterna separado de Dios. Pero nos toca a nosotros elegir y escoger el camino por el cual vamos a transitar en esta vida y que nos llevará al destino que escojamos. Además lo que nosotros elegimos nada ni nadie puede cambiar, una vez que hayamos partido de esta vida.
Pensemos en esto que contó nuestro Señor Jesucristo: Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado.   Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: ¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego. Pero Abraham le contestó: Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí. (Lucas 16:19-31)
Por todo esto es que debemos pensar y actuar en consecuencia. ¿Dónde vamos a pasar la eternidad? En el lugar que nosotros escojamos en  forma consciente y responsable. ¿Cómo hacer? La Biblia dice; Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene.( 1Juan 5:11-12) Y orando Jesús al Padre dice; Pues tú has dado a tu Hijo autoridad sobre todo hombre, para dar vida eterna a todos los que le diste. Y la vida eterna consiste en que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste. (Juan 17:3)


sábado, 20 de abril de 2019

¿Cómo saber lo que Dios quiere?



Cuan necesario es tener presente esta palabra de las Sagradas Escrituras. Sobre todo en este tiempo en que nuestra sociedad se ve afectada por la maldad que va en aumento y no sabe en quién confiar ni a quién creer. El evangelio de Jesucristo sigue siendo confiable 100% y a Jesús el Cristo resucitado podemos y debemos creerle. Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe, de principio a fin. Así lo dicen las Escrituras: «El justo por la fe vivirá.» Pues Dios muestra su ira castigando desde el cielo a toda la gente mala e injusta, que con su injusticia mantiene prisionera la verdad.  Lo que de Dios se puede conocer, ellos lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado;  pues lo invisible de Dios se puede llegar a conocer, si se reflexiona en lo que él ha hecho. En efecto, desde que el mundo fue creado, claramente se ha podido ver que él es Dios y que su poder nunca tendrá fin. (Romanos 1: 16-20)
Por medio del Evangelio de Jesucristo es como nos enteramos de las buenas noticias de Dios para la humanidad, su buena voluntad para con los hombres.
El apóstol Pablo escribió: porque no me  avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación a todos los que creen. Porque el justo por la fe vivirá.
Cuando hablamos del Evangelio, estamos hablando de la buena noticia que Dios tiene para nosotros.
Cuando escuchamos el Evangelio, estamos escuchando lo que Dios dice acerca de nuestra condición humana.
Cuando oímos el Evangelio, estamos oyendo lo que Dios quiere decirnos acerca de su amor, su misericordia y su compasión hacia nosotros.
Cuando aceptamos el Evangelio, estamos aceptando el programa de Dios para nuestra vida.
Cuando creemos en el Evangelio, estamos creyendo que por medio de Jesucristo el Hijo de Dios, tenemos perdón de pecado, sanidad, santificación y vida eterna.
Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, en ese momento nacemos de nuevo, somos adoptados por Dios como hijos y nos constituimos en herederos de Dios y coherederos con Cristo. ¿No es esto maravilloso, que otra noticia podría ser mejor? Romanos 8:16
Por supuesto no hay que confundir, esto es el comienzo de algo hermoso que Dios quiere hacer en nosotros y con nosotros.
De aquí en más debemos asumir la responsabilidad y el compromiso de vivir el Evangelio, con todo lo que eso implica, una vida plena y abundante, libres para hacer lo que debemos y no lo que queremos, dejando que sea su Espíritu Santo quien guíe nuestras decisiones diarias, disfrutando de la nueva vida en Cristo.  

miércoles, 17 de abril de 2019

¿En que o en quien creemos?



¿Por qué se cree en tantas cosas que son irreales y falibles, y no se le cree al Único que es real y dice verdad?
Por ejemplos se cree en personajes muertos en circunstancias que no se conoce con certeza. Se cree en los políticos que se cansaron de mentirle a la sociedad. Se cree en las religiones que a través de sus líderes, utilizan a las personas en lugar de ayudarlas. Se cree en las profecías apócrifas de supuestos iluminados que normalmente conducen al desastre. Se cree en fabulas inventadas por mentes enfermas. Se cree en seres de leyendas que nunca se puede comprobar y estos son algunos ejemplos solamente del cúmulo de creencias humanas y que no les sirve para nada bueno, sino solamente para perturbarle la mente y poner desorden en su vida.
Si se puede creer en tantas mentiras, engaños y falsedades, ¿Por qué no se cree en la verdad?
Jesús dice: Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida, nadie viene al Padre si no es por mí. …Conocerán la verdad y la verdad los hará libres.
Por lo tanto la única persona creíble totalmente es Jesucristo el Hijo de Dios, quien constantemente da pruebas de su existencia real, prueba de su poder, de su amor, de su misericordia, de su compasión, lo cual manifiesta a diario en la vida del ser humano, por medio de la vida regenerada de aquellos que han decidido creer en él y aceptarlo en su vida.
Perdonando sus pecados, dándole paz interior, sanando sus almas heridas y enfermas, vivificando sus espíritus y restableciendo la comunión con el único Dios vivo y verdadero, sellándolos con su Espíritu Santo para el día de la redención.
Asimismo la única palabra inerrable es La Palabra de Dios, en ella leemos; Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el hombre de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. (2 Timoteo 3: 16-17) Por otro lado el apóstol Pedro dice; Señor ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios. (Juan 6:67-69)
Y debemos saber que; Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. (Hebreos 4:12)
Y es por eso que Dios estableció un mediador entre nosotros y El; Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a Él. Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos. (Hebreos 4:15-16)

Es bueno que se medite en todo esto y se tome una decisión con respecto a lo que está creyendo ¿Le sirve su creencia? O es tiempo de comenzar a creer en Jesucristo y su obra redentora por amor a usted.

lunes, 15 de abril de 2019

La Familia



La familia es la institución que se remonta al origen mismo de la humanidad y no es un invento humano, pero en este tiempo esta en peligro de extinción. Por lo tanto debemos conocerla a fondo para poder defenderla de los ataques perversos que sufre.
¿Cómo fue su origen? ¿Como esta formada? ¿Cuál es su función? ¿Cuál es su orden natural?
Para encontrar respuesta a estos interrogantes, debemos volver al comienzo mismo de la humanidad, y eso podemos hacerlo a través de las páginas de la Biblia.
Y en ella leemos lo siguiente en Efesios 3:14-15 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quién toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.
De esta afirmación Bíblica podemos ver que el origen de la familia esta en Dios el Creador, él es el creador de la misma por lo tanto no son los gobiernos que deben decidir como constituir una familia y como debe funcionar, pues todo lo que necesitamos saber acerca de ella, debemos buscarlo en Dios y su Palabra dejando que su Santo Espíritu nos enseñe.

El matrimonio

El matrimonio entre un hombre y una mujer como lo estableció el Creador, es el principio de una familia de acuerdo con lo que leemos en Génesis 2:21-25 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomo una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán; Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne, esta será llamada varona, porque del varón fue tomada. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
En ese instante ocurrió el primer matrimonio en la historia de la humanidad, realizado por el mismo Creador y  da comienzo a la primera familia de la tierra.
También en ese momento se estaba estableciendo en que consiste el matrimonio y quienes son los integrantes del mismo. Encontramos a un hombre y una mujer, entregados mutuamente renunciando por amor a la individualidad, fusionándose de tal manera que ya no son dos sino una sola carne.
Es interesante que el creador no trajo un animal para acompañar al hombre, tampoco hizo otro hombre, menos aun varias mujeres, sino que de una costilla formo la ayuda idónea que necesitaba como complemento ideal para cumplir con su propósito de vida. De esa manera quedo establecido lo que seria el matrimonio de ahí en adelante. Donde los integrantes del mismo deben estar dispuestos a dejar inclusive padre y madre para cumplir ese propósito divino de formar una nueva familia.
Dice en Proverbio 18:22 El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
Y en Proverbio 14:1 dice: La mujer sabia edifica su casa. Y en19:14 leemos: La casa y las riquezas son herencia de los padres, mas de Jehová la mujer prudente.

Santidad del Matrimonio

Debemos recordar que el matrimonio no es un capricho humano, sino que ha sido instituido por Dios. Por lo tanto es Dios quién determina los valores, principios y orden dentro del mismo.
Y en el manual de la familia, La Biblia, es donde el Creador ha dejado escrito todo lo que necesitamos saber acerca de la misma y podemos y debemos consultarla.
Al principio él estableció que el matrimonio es; la unión entre un hombre y una mujer de manera indisoluble. Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer. Y serán una sola carne. El libro a los Hebreos dice; Honroso sea  en todos el matrimonio, y el lecho sin mansilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4
Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre tú y la esposa de tu juventud, con la cual tú has sido desleal, siendo ella tu compañera y la esposa de tu convenio.  ¿Y no los hizo él uno, teniendo él un vestigio del espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Cuidaos, pues, en vuestro espíritu y con la esposa de vuestra juventud no seáis desleales. Malaquías 2:14-15
Asimismo vos mujer, estad sujeta a tu marido, para que también  los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de su esposa, considerando tu conducta casta y respetuosa.
Vos, marido, igualmente, viví con ella sabiamente, dando honor a tu mujer como vaso mas frágil, y como a coheredera de la gracia de la vida, para que tus oraciones no tengan estorbo. (1 Pedro 3:1 y 7)
Pero también es real que en las relaciones matrimoniales y familiares existen conflictos, por eso es necesario tener un lugar o una persona con quien conversar acerca del tema, de cómo lograr un entendimiento y armonizar las relaciones. Porque no luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan en el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual.  Por lo tanto, ¡protéjanse con la armadura completa! Así, cuando llegue el día malo, podrán resistir los ataques del enemigo y se mantendrán firmes hasta el fin.(Efesios 6:12-13)
Todo esto podemos leer en la Biblia como valores y principios dados para el matrimonio y la familia, y si le pedimos a Dios que nos ayude, El lo hace por medio de su Espíritu Santo

sábado, 13 de abril de 2019

Semana Santa



Mucho se habla de la Semana Santa. ¿Pero a que nos referimos cuando hablamos de ella? ¿Cuál es nuestro pensamiento, cuando se acerca esa fecha? ¿Qué incidencia tiene en nuestras vidas ese acontecimiento? Son muchas las preguntas que uno se podría hacer, o tal vez ninguna, simplemente vivir como un feriado más o pasar con los amigos y familiares.  Pero creo que es una fecha demasiada importante para tomarla livianamente. Y la primera pregunta que deberíamos hacernos es;

¿Qué se celebra?

Sabido es que la humanidad esta bajo la maldición del pecado, por causa de la desobediencia de nuestros primeros padres Adán y Eva.
Y para nosotros era imposible solucionar ese tema, es por eso que Dios nuestro creador nos promete un Salvador. Alguien que vendría a ocupar nuestro lugar para pagar esa deuda.
Y justamente en esa fecha se recuerda la Crucifixión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Quien venció a la muerte y se levantó con Poder de entre los muertos, para no morir nunca más.
Aquí es donde comenzó a manifestarse la salvación de la humanidad, en la persona de Jesús el Santo Hijo de Dios, en su condición de ser humano.
Es la victoria de la humanidad por medio de Jesucristo, sobre el pecado que nos alejaba de Dios.

¿Qué significado tiene?

Como he mencionado anteriormente, la humanidad está separada de Dios por causa del pecado, que hace separación entre Dios y nosotros. Además nos constituye como enemigos de Dios, eso nos aleja y nos enfrenta con nuestro hacedor, es por esa causa que la vida del hombre en esta tierra está llena de conflictos, sufrimientos y enfermedades que amargan y destruyen nuestra existencia.
Pero Dios nos ama de tal manera que al ver nuestro penoso peregrinar por este mundo, recordando su promesa, decidió enviar a su Único Hijo a este mundo, para cargar y castigar  en El, el pecado de la humanidad y así librar al hombre de esa maldición.
En la cruz del calvario Dios nos muestra su amor, al cargar sobre su Hijo Jesús nuestras miserias, maldades y enfermedades abriendo una puerta de escape de esa situación.
Es la manifestación del Amor de Dios hacia nosotros, sus criaturas.

¿Qué sucedió allí?

Para entender eso debemos volver al Jardín del Edén, donde Dios puso al hombre con un propósito y le dio mandamientos, especialmente que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que comiera le dijo Dios; ciertamente morirás, (Génesis 2:16-17) pero lamentablemente el hombre desobedeció, comió del fruto prohibido y murió espiritualmente, fue echado del huerto y así el hombre quedó bajo la maldición del pecado, y al echar Dios al hombre del huerto del Edén y de Su Presencia, la humanidad estaba siendo echada de la presencia de Dios. Pero Dios se propuso rescatarlo, sacarlo de esa situación. Es por eso que él desde antes de la fundación del mundo ya había hecho provisión para salvarlo. El ya había dispuesto el Cordero para el sacrificio que hiciera posible perdonar al hombre su pecado, y traerlo de vuelta a Su Presencia.
Y allí en el Calvario sucede el cumplimiento de una promesa.

¿Cuál es el significado actual?

Eso es lo más glorioso, lo que hoy significa para nosotros los seres humanos, ese sacrificio del Hijo de Dios hecho hombre. Tú y yo tenemos esperanza cierta en cuanto a poder acercarnos a Dios. Pues por medio de ese sacrificio allá lejos y hace tiempo, tenemos la puerta abierta al trono de la gracia de Dios para nuestras vidas hoy, podemos entrar confiadamente a Su Presencia por la sangre de Jesucristo nuestro Salvador, poder hallar oportuno socorro para nuestras vidas. Pues la Biblia en Miqueas 6:19 dice;  Él volverá a tener misericordia de nosotros, sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
Entonces no es necesario vivir apartado de Dios, sin fe y sin esperanza en este mundo, sin saber que va a pasar conmigo cuando el creador me llame a Su Presencia.
Hoy si reconocemos nuestros pecados, nos arrepentimos y pedimos a Dios que nos perdone por medio de Cristo, él lo hace porque nos ama.

miércoles, 10 de abril de 2019

¿Qué sociedad se está construyendo?





Vivimos en un mundo que cada día se vuelve mas adverso, un mundo violento, un mundo materialista, un mundo con muchas religiones pero con muy poca vida piadosa y espiritual, un mundo que se devora a sus habitantes, un mundo que se encamina hacia su propia destrucción.
Sin embargo nosotros las personas que habitamos este mundo, somos los únicos responsables de esta situación caótica mundial, pues no hemos sabido cuidar nuestro planeta, hemos ido contaminando todo nuestro hábitat y lo seguimos haciendo.
No cuidamos nuestro medio ambiente y en nombre de la civilización y el modernismo, continuamos nuestra loca carrera destructiva de los recursos naturales que sanean y contribuyen a descontaminar la atmósfera, como ser los bosques y selvas milenarias que indiscriminadamente se talaron y se talan.

¿Por qué digo esto? ¿Cómo lo sabemos?

Porque la situación climática nos lo hace ver cada día.
Con terremotos, volcanes, huracanes, ciclones, sequías, calores extremos, fríos intensos, lluvias torrenciales, aludes, inundaciones violentas, etc.

Nosotros, sus habitantes.
¿Qué hacemos para cambiar esto? ¿Cómo reaccionamos ante las cosas que suceden?

Debemos saber que cuando Dios crea al ser humano, lo hace con un propósito sublime como es, el de ser el administrador de todo lo creado, bajo las directivas de Dios.
Es muy importante poner atención a lo que dicen las Sagradas Escrituras con respecto a toda esta situación, porque según la perspectiva que se tenga de la eternidad, la relación con Dios, la vida después de la muerte, es lo que regula el comportamiento humano en este mundo, como se vive y que se hace, sabiendo que hay que rendir cuenta al Dueño de toda la creación.
El apóstol Pedro escribió; No olviden el mandamiento que dio nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y que los apóstoles enseñaron a ustedes.  
En primer lugar, tomen en cuenta que, en los últimos días, vendrán algunos que sólo pensarán en sus malos deseos.
Se burlarán de las personas piadosas que creen en Dios  y preguntarán: ¿Qué pasó con la promesa de que Jesucristo regresaría?
Ya murieron nuestros padres, ¡y todo sigue igual que cuando el mundo fue creado!  
Esa gente no quiere darse cuenta de que, hace mucho tiempo, Dios creó los cielos y la tierra, y de que con sólo una orden separó la tierra y los mares.  
Además, Dios usó el agua del diluvio universal para destruir al mundo de esa época; pero, con ese mismo poder, ha dado la orden de que, en el momento indicado, los cielos y la tierra que ahora existen sean destruidos con fuego.
Serán quemados el día en que Dios juzgue a todos y destruya a los que hacen el mal.
En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, las estrellas serán destruidas por el fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella desaparecerán. (2 Pedro 3:6 y 7)

Ahora bien, ¿Se puede escapar de eso? ¿Hay alguna esperanza para la humanidad?
O lamentablemente estamos todos condenados a correr la misma suerte, sin ninguna posibilidad de salvarse de esa situación.
Para eso debemos recurrir nuevamente a la palabra de Dios, y en ella leemos lo siguiente;
Ya que todo será destruido de esa manera, ustedes deben obedecer sólo a Dios, hacer el bien,  y esperar con ansias el día en que Dios juzgará a todo el mundo. (2 Pedro 3:11)

Es cierto, toda nuestra sociedad se está autodestruyendo, no creyendo que la vida sin Dios, no es vida, solo una mera existencia, el ser humano se encuentra perdido en este mundo sin Dios y sin esperanza, con un presente efímero,  sin tener un futuro cierto, simplemente se encamina inexorablemente a la tumba, creyendo equivocadamente que allí termina todo, por eso se comporta de esta manera.

Pero ¿Qué sucede después de la muerte física? ¿Termina todo en la tumba o existe algo más?

Cuando alguien muere, aunque muchos no creen, que hay vida después de la muerte, y tampoco aceptan que exista un cielo y un infierno, se consuelan diciendo; se fue al cielo, se fue con Dios.

¿Será así, se fue con Dios? ¿Podemos con seguridad decir eso?

Tal vez sea un buen deseo, una manera de auto consolarse, pero que no satisface plenamente, y esta bien que sea así, porque eso hará que se trate de encontrar la verdad, con respecto a lo que sucede después de la muerte y que sucede con el alma.
Porque eso hay que averiguar aquí y ahora, mientras estamos en esta tierra, para no tener sorpresas desagradable.
Después de salir de este mundo, ya es tarde para hacer cualquier corrección al respecto.

¿Qué es lo que se cree?  ¿Cuál es la verdad?

En la palabra de Dios encontramos que dice claramente, quienes no califican para entrar en el reino de Dios y quienes sí, van a entrar al reino para vivir eternamente con Dios.

Leemos en las Sagradas Escrituras esto;
No se dejen engañar. Ustedes bien saben que los que hacen lo malo no participarán en el reino de Dios.
Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a los ladrones, a los que siempre quieren más de lo que tienen, a los borrachos, a los que hablan mal de los demás, y a los tramposos.
Ninguno de ellos participará del reino de Dios. (1 Corintios 6:9-10)

Usted se estará preguntando.

¿Entonces quiénes son los que pueden entrar al reino y vivir eternamente?

Porque, el estilo de vida de la sociedad, refleja exactamente todo lo que Dios prohíbe, ellos manifiestan con sus hechos, que lo que dicen las Sagradas Escrituras, no es verdad, no quieren creer que es así como esta escrito.

Que se puede vivir de cualquier manera, hacer lo que se nos ocurra sea bueno o sea malo y que igual terminaremos en el cielo.
No es así, si leemos atentamente las palabras dichas por Jesús el Cristo, descubriremos que hay dos caminos y dos destino final y eso es así, creamos o no, aceptemos o no.

Nosotros elegimos el camino y escogemos el destino final según el camino que hemos elegido, eso lo manifestaremos con nuestra manera de vivir,  con nuestra conducta, con nuestro comportamiento, y según cómo vivimos y como nos comportamos será la manera de construir la sociedad.

Y lo que cada uno elije, nadie lo puede cambiar, creamos o no, después de muerto no hay misa que valga, no hay oraciones que hagan efecto, ni siquiera las propias.
Somos personas libres de escoger y decidir, se puede elegir hacer la voluntad de Dios, o se puede tomar la decisión de vivir de la manera que cada uno escoja.

Como dice la canción popular; “A mi manera”
Pero debemos saber que el destino final, depende de lo que cada uno decide. 
Por eso es importante arreglar nuestras cuentas con el Dueño del reino, antes de partir de este mundo.

¿Estamos transitando hacia una eternidad con Dios o hacia una eternidad lejos de Dios?

Leamos y escuchemos lo que Jesús dice;

Es muy fácil andar por el camino que lleva a la perdición, porque es un camino ancho. ¡Y mucha gente va por ese camino!  
Pero es muy difícil andar por el camino que lleva a la vida, porque es un camino muy angosto.
Por eso, son muy pocos los que lo encuentran. (Mateo 7:13-14)

Debemos acordarnos que la sociedad la formamos entre todos los seres humanos y nuestra conducta individual hará que sea la conducta de la sociedad, por eso es muy importante como vivimos.

Detenernos a reflexionar ¿Qué camino estoy transitando? ¿Será el ancho o el angosto? ¿Cómo saberlo?

Es fácil, si usamos esta palabra de Jesús como espejo, para mirar nuestro andar diario y comparar.

Mi conducta ¿cómo es?   Mis pensamientos ¿son honestos?
Mis acciones ¿son correctas?   Mis obras ¿son buenas?
Mi vida ¿es transparente?

De acuerdo a la respuesta que me da su palabra, sabre como y donde estoy, sabre que camino estoy transitando y además sabre qué estoy aportando para el bienestar de la sociedad.

Por esta situación que vivimos los seres humanos, es que Dios tuvo que enviar a su Hijo Amado a este mundo en forma humana, para enseñarnos que se puede vivir bien, obedeciendo los consejos de Dios.

Venciendo aquello que domina al ser humano, y le hace hacer cosas malas, que destruye la buena relación entre hermanos de raza, y con la creación toda, esto es venciendo al diablo y al pecado que afecta la vida humana.

Leemos en el evangelio de Juan 10 esto que dice Jesús; El ladrón, el diablo, no viene más que a robar, y matar, y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

Es maravilloso saber que Dios por medio de su Hijo nos ofrece una vida plena de victoria sobre el mal y la maldad, y poder vivir una vida de satisfacción personal y grata a los ojos de Dios y de las personas.

Para realizar una radiografía de nuestra sociedad, le propongo un ejercicio sencillo, por ejemplo que prestemos atención y observemos a las distintas instituciones o clases que conforman nuestra sociedad actual.

Como ser; los gobiernos, la política, las religiones, los sindicatos, las obras sociales, los empresarios y los obreros.
¿Cómo son? ¿Cómo actúan? ¿Son confiables? ¿Son honestos? ¿Son responsables? ¿Son compasivos?

Recordemos que el ser humano sigue siendo el mismo desde todas las épocas, Dios declara esto de nosotros;
El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que éste siempre estaba pensando en hacer lo malo,  y le pesó haber hecho al hombre. (Génesis 6: 4)  

¡Qué triste evaluación de parte de quien conoce verdaderamente la raza humana!
Pero lo maravilloso, es que no se dio por vencido ante esta situación, sino que como creador tomó la decisión de hacer algo al respecto. ¡Enviar al mundo a su Único Hijo!

¿Para qué? ¿Con que propósito? ¿Qué quiso lograr? Se preguntara usted.
Si todo sigue igual, el mundo sigue deteriorándose cada vez más. Las personas continúan maltratándose entre si.
Nada cambia para bien con el paso del tiempo, al contrario cada día la maldad aumenta.

Ahora bien, Cristo no vino por el mundo material, Cristo vino por usted y por mí, para ayudarnos a ser distintos, porque si nosotros los seres humanos cambiamos, la sociedad cambia y el mundo material mejora también.


domingo, 7 de abril de 2019

Comunión



Que hermoso que es estar, con Dios en comunión.
Que hermoso que es saber, que él nos perdonó
Estar con los que aman, feliz de corazón
Cantando siempre alegres, estando siempre unidos
Para que no perdamos, con Dios la comunión.
En todo tiempo vemos, la gloria del Señor
Sentimos su presencia, estando en comunión
Nos dio su Santo Espíritu, tan solo por amor
Que vive hoy en nosotros, que no nos abandona
Para que no perdamos con él la comunión. 
Busquemos siempre estar, con Dios en comunión
Que nuestro hablar o hacer, agrade a nuestro Dios
Y mientras que esperamos, la vuelta del Señor
Sigamos estando unidos, cantando siempre alegres
Y así estaremos siempre, con Dios en comunión.

miércoles, 3 de abril de 2019

Pensemos en lo que paso en la Islas Malvinas.




Por historia, por geografía, por derecho, porque forma parte del Territorio Nacional, porque está unida al Continente por la plataforma submarina, nadie puede negar que fueron, son y serán argentinas.
Pero eso no alcanza para que sean nuestras en el verdadero sentido de poder disfrutarlas. Pues debemos recordar y saber que, un día en la historia en el año 1833, fueron usurpadas por el invasor extranjero que llegó de lejanas tierras, quienes sin ser dueños por la fuerza se apoderaron de nuestras islas, y aunque son argentinas están en manos del extranjero usurpador, quien le dio  la ciudadanía, su bandera, su idioma y sus costumbres.
Es por eso que debemos continuar con los reclamos necesarios, hasta que la podamos recuperar nuevamente, para que esa sangre derramada de nuestros compatriotas alcance el propósito buscado, el de darle nuevamente a esa isla su identidad y no sea un sacrificio inútil o sin sentido, estableciendo La Soberanía Nacional sobre ellas.
Esto me lleva a reflexionar que al hombre, al ser humano nos pasó lo mismo, pues por creación, por historia, por derecho, por habernos dado su imagen y semejanza somos propiedad de Dios, le pertenecemos a El. Pero también un día en la joven vida de la humanidad, llega el diablo, el maligno, el usurpador quien no por la fuerza, sino por el engaño le quita la libertad que el creador le había dado, haciéndole creer que ya no necesitaba de Dios, que podía arreglarse solo y lo cautivó con su engaño. Y desde ese momento comenzó a colonizarlo, dándole sus malas costumbres, su idioma perverso, la soberbia y su actitud de rebeldía ante su Hacedor. Haciéndolo transitar un camino desconocido para él, aparecen los problemas, la enfermedad, el sufrimiento, la violencia y la muerte se instala en la vida del ser humano, como consecuencia del pecado que entró a este mundo. Romanos 5:12
Y así como un día los jóvenes soldados argentinos fueron enviados a recuperar las islas a precio de sangre y fuego. Las Sagradas Escrituras nos cuentan que Dios también un día por amor a su criatura, envió a su Único Hijo a este mundo, para que lo rescate de manos del engañador, el diablo. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. (Juan 3:16-17)
En la cruz del Calvario Jesús el Cristo derramaba su sangre en sacrificio, para de esa manera pagar el precio que demandaba el pecado por usted, por mí y por cada ser humano. Allí en la cruz Cristo cumplió esa misión que lo trajo a este mundo, es por eso que las Escrituras dice;   Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación.  Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros, los que hemos creído en él como nuestro salvador personal, nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. (2 Corintio 5:14:21)
Démosle la bienvenida a nuestra vida a ese Salvador que nos ama de tal manera que fue capaz de dar su vida por usted y por mí. Y que resucito al tercer día para que usted y yo tengamos el poder de cambiar nuestra actitud y manera de pensar con respecto al reino de Dios.