Bendito sea el Señor, que con su amor hizo grandes cosas por mí en momentos de angustia. En mi inquietud llegué a pensar que me habías echado de tu presencia; pero cuando te pedí ayuda, tú escuchaste mis gritos. Salmo 31:21
Continúan apareciendo nuevas enfermedades y siguen afectando a las personas de distintas partes del mundo, además de las guerras y conflictos internacionales, con todo esto es posible que usted crea que Dios no se interesa por nuestros problemas o que no escucha nuestro clamor.
Quizás le haya pasado, en momento de angustia pensó que el Señor Dios le había abandonado, porque esto es algo que a todos en algún momento nos pasa, creer que Dios nos dejó. Pero Dios es Fiel, su palabra es verdadera, y su invitación para el ser humano es que, nos acerquemos a Él, y Él se acercará a nosotros.
Por lo tanto ese pensamiento negativo no viene de Dios, sino del enemigo de Dios, para hacer creer a la persona que Dios no se interesa por ella ni por sus problemas. Además hay que saber que el amor de Dios es incondicional para con el ser humano, de tal manera amó Dios a la raza humana que envió a su Único Hijo a este mundo, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna, y esa vida está en Jesús, porque no envió Dios a Jesús a este mundo para condenar al ser humano, sino para que cada persona en este mundo sea salva de toda condenación y problemas por medio de Jesús.
Dios es bueno y su misericordia es para siempre. Así que cualquiera sea su inquietud o necesidad, no deje de acercarse a Dios a través de una oración sincera, cuéntele sin miedo sus cosas, Él es confiable y a nadie va a contar sus dificultades, pero sí se va a encargar de darle la sabiduría y la fuerza para solucionar eso que le está causando angustia y dolor.
¡Anímese! Dios está esperando que le pida ayuda, no porque él no sepa que usted lo necesita, sino porque el respeta su decisión y libertad de pedirle ayuda o simplemente con su actitud diga, no te necesito, me basto solo.
Cualquiera sea su decisión, Dios continúa ofreciéndole su amor, y esperando su pedido de auxilio.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.