viernes, 28 de marzo de 2025

Conocer a Dios es lo mejor que le puede pasar a una persona.

El Señor dice: Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.  Si alguien se quiere enorgullecer, que se enorgullezca de conocerme, de saber que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, justicia y rectitud, pues eso es lo que a mí me agrada. Yo, el Señor, lo afirmo.  Jeremías 9:22-23

El ser humano es orgulloso por naturaleza, siempre encontramos algún motivo para enorgullecernos, con o sin razón. Hay veces que nos sentimos orgullosos de lo que hemos logrado a través de nuestro esfuerzo, también puede ser del éxito de algún familiar, o de algún título obtenido, etc. Eso muchas veces hace que se menosprecie a los demás, o que no le den importancia al esfuerzo de otros. Se vuelven egoísta, insensibles, odiosos para con los demás, sin empatía.

Por eso esta recomendación bíblica es; que el ser humano si quiere enorgullecerse de algo, que sea del conocimiento espiritual y personal del Dios de la biblia. Ese amoroso Dios tres veces Santo, que tiene misericordia que es compasivo  con el ser humano, pero que muchas veces es ignorado, resistido y mal comprendido por las personas, porque se lo identifica con alguna religión o rituales religiosos. Pero eso no es así, Dios no tiene ni pertenece a ninguna religión, Él es una persona que nos ama y quiere tener una relación personal con cada uno de nosotros los seres humanos, porque sabe que sin él, las personas estamos perdidos y condenados, sin Dios y sin esperanza en este mundo. Cristo vino a este mundo para hacer posible esa relación con Dios, por medio de su sacrificio en la cruz a favor nuestro, Cristo pagó el precio de nuestros pecados muriendo en nuestro lugar, para que usted, yo y cada persona en este mundo reciba la salvación por gracia, sin tener que hacer nada, solamente creer en Jesús y su obra redentora. Eso nos hará sentir orgulloso, no de nosotros, sino de Dios y su gran amor por cada persona en este mundo, que por su misericordia nos perdona y nos adopta como hijos santificados para él. ¡Esto sí que es maravilloso! Ser recibidos por Dios en el estado que nos encontremos para cambiar nuestra miserable vida de pecadores, a una vida nueva de santidad, alejados del pecado, tan solo por amor. ¡Orgulloso de conocer al Dios de la biblia!

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 24 de marzo de 2025

Dice el dicho popular.

¡El que mal anda, mal acaba! Enemigos de la luz.

Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Más el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:20

Es natural en las personas que piensan hacer algo que no es correcto, o vivir de una manera diferente a la establecida por Dios el creador, busquen las tinieblas u oscuridad donde poder ocultarse, pasar desapercibidas o que sea más difícil detectar sus conductas dudosas.

Esas personas no quieren aceptar que la vida moral fue establecida por Dios para los seres humanos, no es la religión, no es la iglesia, sino Dios como el creador de la raza humana.

Esto produce una vida social complicada entre los seres humanos. Porque automáticamente las personas nos guste o no, aceptemos o no, constituimos dos grupos antagónicos con un pensamiento diferente, conductas, actitudes y comportamientos diferentes. Un grupo que tratamos de vivir una moralidad acorde a lo establecido por Dios, y otro grupo que ha tomado la decisión de tener una moralidad fundamentada en sus gustos o deseos.

Esto dificulta relacionarse sanamente entre las personas, sobre todo cuando hay intolerancia o falta de respeto por ambos lados. No debería ser así.

Cuando las personas no quieren reconocer que Dios es el creador y que es Él quien establece los fundamentos para la vida y comportamiento humana en este mundo, aparecen estos conflictos morales y de convivencia entre las personas.

A esto se refieren las palabras de Jesús cuando dice que los que practican la verdad vienen a la luz y los demás se alejan de la misma.

El salmista dijo; Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. También nosotros los que aceptamos la verdad bíblica del Dios creador de la humanidad, y a Cristo como nuestro salvador personal, tomamos la palabra de Dios como la luz que alumbra nuestro diario caminar en este mundo.

Esto no tiene que ver con religión, si tiene mucho que ver con principios de vida, cada uno escoge que tipo de vida quiere tener haciendo uso de su libre albedrío. También hay que saber que cada uno es responsable de su conducta y comportamiento.

Entendamos que no podemos imponer creencias, conductas o comportamientos a otros, pero si podemos elegir tener una vida agradable delante de Dios. Personalmente escogí la vida que agrada a Dios, y estoy feliz de haberlo hecho, aunque no exento de problemas.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

 

lunes, 17 de marzo de 2025

¡No basta con decir Señor, hay que obedecer!

No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros? Entonces les diré claramente: Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!  Mateo 7:21-23 

Es muy interesante esta exhortación de Jesús, referente a la relación del ser humano con él, y la esperanza de entrar al reino de Dios. Esta enseñanza deja en evidencia que tener comunión con Cristo como el Señor de nuestra vida y ser ciudadano del reino de los cielos, no consiste en las palabras que digamos o a que religión pertenezcamos, sino que actitud se toma con respecto a Cristo y su enseñanza, no tiene que ver con lo que hago, más bien tiene que ver si soy conocido por Cristo o no.

Al decir no todo, el que me dice Señor, entrará en el reino de los cielos, manifiesta claramente que decir, no es reconocer su Señorío y tampoco hay obediencia a la palabra. Luego la sentencia final hacia esas personas que hacen cosas en el nombre de Jesús sin tener una verdadera comunión con él, ¡es terrible! Jesús dice; entonces les diré claramente, nunca los conocí, aléjense de mí, hacedores de maldad. Qué triste es llegar a las puertas del reino de Dios, con algunos títulos y pergaminos, y tener que ser echado por el dueño del reino, por no haber tenido una relación verdadera de obediencia con él.

Pero, pensemos por un momento, como es el amor de Dios hacia cada persona, vemos que la intención del Señor no es condenar al ser humano, sino cambiar su condición y salvarlo.

Esa es la razón por la cual quedó registrada esta palabra del Señor, como advertencia para todos, para que no haya sorpresa cuando estemos en su presencia a las puertas del reino. Allí no se ingresa de cualquier manera, tampoco por pertenecer a tal o cual religión, menos por hacer cosas en el nombre del Jesús, sino por tener una verdadera relación y comunión con el Señor Jesucristo.

Aquí nuevamente toma mayor importancia las palabras del Señor dicha a Nicodemo, el religioso de su época, si no naces de nuevo, no puedes entrar al reino de Dios.

Paremos un momento, revisemos nuestra vida a la luz de las palabras del Señor, y preguntemos no, ¿Qué me habilita el ingreso al reino de Dios? ¿Mis buenas obras o la obra de Cristo en la cruz? ¿El hacer muchas cosas para él, o el ser como él es?

Que la maravillosa persona del Espíritu Santo, le convenza y le guíe a la respuesta correcta que le abrirá ampliamente la puerta del reino de Dios, para pasar una eternidad junto a Él.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.  

lunes, 10 de marzo de 2025

¡Volver al hogar!

Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él.  Más Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.  Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban. Marcos 5

Esta es una historia real escrita en la biblia con un triste y doloroso comienzo, pero con un final de gozo y felicidad. Es bueno que pueda leer en su biblia el capítulo 5 del evangelio de Marcos. Es la triste historia de lo que el diablo hace en la vida de las personas, que caen en sus garras, quizás por engaño, por curiosidad o porque creen que el diablo puede darles algo bueno, porque a través de falsas promesas de bienestar caen en la trampa diabólica de la cual es difícil o mejor dicho imposible de salir por los propios medios. El diablo atrae a las personas a través de ofrecerles riquezas, poder, fama, una vida sexual extraordinaria, y lo hace por medio del ocultismo, sectas satánicas, las drogas, espiritismo, juegos diabólicos, etc. Todo eso es un engaño, y en lugar de mejorar la situación de la persona, resulta en destrucción, dolor, sufrimiento y muerte. Jesús mismo dijo que; El ladrón, el diablo, viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10. Por eso toda persona que cae en manos del diablo, sufre todas estas consecuencias, eso fue lo que pasó con el hombre de la historia bíblica, hasta que se encontró con Jesús el Hijo de Dios.

Felizmente esta persona tuvo un encuentro con Jesús, fue liberado del poder del diablo, y a partir de ese momento su vida cambió rotundamente. Cumpliéndose la palabra de Dios con respecto a la venida de Cristo a este mundo; El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 1 Juan 3:8 Jesús deshizo la obra del diablo en la vida de esta persona, y el cambio fue tan rotundo al ser liberado de esa condición, quería ir con Jesús siguiéndole en el camino. Pero Jesús no se lo permitió, porque era necesario que primero volviera a su casa, a su hogar de donde el diablo le había sacado, quien sabe por cuánto tiempo, llevándolo a vivir en el cementerio donde los sepulcros eran su vivienda, pues era un muerto en vida. Necesitaba regresar a su familia y contar lo bueno que es Dios al tener misericordia de él, liberándolo del diablo, transformando milagrosamente su vida, recuperó su dignidad como persona para poder estar nuevamente con su familia en paz.

La obra del diablo en las vidas de las personas siempre es sufrimiento, dolor y muerte. Pero, la obra de Cristo en toda persona que decide creer en él, es amor, es perdón, es sanidad, es liberación, es gozo, es paz, una vida de plenitud en esta tierra y la vida eterna con Dios. Usted también si cree en Jesús como su salvador personal, puede ser libre de toda obra de maldad y destrucción que el diablo haya hecho en su vida o en su familia.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

viernes, 7 de marzo de 2025

Mujer esto es importante recordar.

Tú no eres un objeto.

Mujer, ¡Detente! ¡Reflexiona!

Recuerda ¡quién eres tú!

No eres un pasatiempo, menos aún un objeto,

Que nadie te ponga precio, tú tienes mucho valor,

A nadie entregues tu alma, no lo cambies por placer,

Naciste con un propósito, no lo eches a perder,

Los principios y valores que te dan identidad,

No los rife, no los venda, ¡eso es tu capital!

Mujer, ¡Piensa! ¡Valórate!

Recuerda ¡eres valiosa!

Para el hombre que te ama, sos la compañera ideal,

Juntos y en armonía, construirán un futuro,

Con amor, con respeto, traerán niños al mundo,

Así seguirá creciendo toda familia en la tierra,

Madurando, disfrutando, construyendo,

Con paciencia ir avanzando hacia la felicidad.

Mujer, ¡No renuncies a ser vos!

Recuerda, ¡Eres creación de Dios!

Coheredera de la vida, así estableció el Creador,

Dándote capacidades, que a ningún otro ha dado,

Eres buena administrando, tu tiempo y capacidad,

Dios te ha dado el privilegio, de ser esposa y ser madre,

Cumpliendo esas funciones y al ser muy responsable,

Eres esposa, eres madre, ¡eres mujer incomparable!

P. Sosa


 

lunes, 3 de marzo de 2025

¿Se preguntó alguna vez?

 ¿Porque es necesario congregarse?

Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho. Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien. No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; y tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca. Hebreos 10:23-25.

Este es un pasaje de las Sagradas Escrituras que se utiliza mucho, pero haciendo énfasis solo en la parte del texto, “no dejen de congregarse”, pero este no es el mensaje central de este pasaje. Hay que preguntarse ¿Para qué congregarse? ¿Es necesario? ¿Dónde? ¿Con quién? Porque entre las congregaciones hay diferentes maneras de cultos, distintas formas de adoración, distintas comprensión de la palabra, según el crecimiento de los hermanos y del líder que está enseñando, y diferentes grados de madurez entre los hermanos. Esto es necesario pues  ayuda a ejercitarnos en el amor, en aceptarnos como somos mientras el Señor complete su obra en cada uno de nosotros sus hijos. La iglesia de Cristo es una sola, nos reunimos en distintas congregaciones y bajo distintas denominaciones, pero sigue siendo una. Es bueno tener comunión y relacionarnos entre distintas congregaciones y denominaciones, porque eso trae crecimiento espiritual, porque somos un cuerpo, el cuerpo de Cristo. Hay que entender que el congregarse es una consecuencia y no un fin en sí mismo. Por eso es que el párrafo comienza haciendo énfasis en la confianza en Dios y el aliento al prójimo para continuar esperando en el Señor, a pesar de las circunstancia que nos toque vivir, porque estamos en un mundo de maldad donde hay trigos y cizañas, y las congregaciones no están exentas.

El apóstol Pablo escribió; Por esto yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que se porten como deben hacerlo los que han sido llamados por Dios, como lo fueron ustedes. Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor; procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos. Efesios 4.

El encontrarnos en cualquiera de las congregaciones debe ser una fiesta espiritual de amor, gozo y confianza en que la presencia del Señor se manifestará en cada persona reunida, donde la misericordia, la compasión por las personas sea un vínculo común, eso hará que siempre esté el deseo de juntarnos con un mismo propósito, donde nos lleve a preguntarnos ¿habrá alguien al que yo pueda ayudar?

Seguramente habrá alguna persona nueva, que viene a buscar algo que necesita, debemos recordar que cada creyente en Cristo, está completo en Él y por lo tanto está capacitado para dar apoyo y ayudar al necesitado, y además podemos y debemos hacer todo lo necesario, para que cada persona conozca al Señor Jesucristo también. Con el ánimo pronto para dar, y aunque no tengamos plata ni oro, lo que tenemos podemos dar con generosidad, porque sin duda lo que tenemos para dar es el fruto del Espíritu, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, bondad, mansedumbre y templanza, que contienen las nutrientes necesarias para un normal crecimiento y madurez en el cristiano. Mientras la Cabeza de la iglesia sea Cristo. No dejemos de congregarnos con este noble propósito.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.