Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no decimos la verdad. Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Si decimos que nunca hemos hecho lo
malo, hacemos que Dios aparezca como un mentiroso, y no hemos aceptado el
mensaje que él nos ha dado. 1 Juan 1
¡Qué desafío nos presenta este pasaje
bíblico! ¡Vivir en la luz en medio de tanta oscuridad! ¡Buscar la unidad cuando
más cuesta aceptarnos! ¡Caminar en la verdad en medio de tanto engaño! ¡Asumir
responsabilidad cuando nadie se hace cargo de nada! ¡Dejar de pecar y vivir en
santidad! Todo esto es lo que el Señor Jesucristo nos enseña, forma parte de la
nueva vida en Cristo, y cuando decidimos seguir a Cristo también aceptamos su
enseñanza, y en el poder de su Espíritu debemos vivir en ella. Porque no es con
ejército, no es con fuerza sino con el Espíritu de Dios, ha dicho el Señor.
Practicando esto en el diario andar,
hará que las relaciones personales también mejoren, y haya un ambiente de paz y
seguridad, tan necesaria en estos tiempos de mucha violencia familiar, religiosa,
política y social.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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