domingo, 28 de febrero de 2021

¡No hay que olvidar!

 Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza. Esto lo ha hecho Dios por su gran amor hacia nosotros y por el poder que mostró cuando resucitó a Jesucristo de entre los muertos  y de que nos dará todo lo que nos ha prometido y que tiene guardado en el cielo. Lo que nos ha prometido no puede destruirse ni mancharse, ni marchitarse.  Ustedes confían en Dios, y por eso él los protege con su poder, para que puedan ser salvados tal y como está planeado para los últimos tiempos. 1 Pedro 1:3-5

La esperanza es lo último que se pierde dice un dicho popular. ¡Qué bueno es Dios! con todos aquellos que nos acercamos a Él con un corazón contrito y humillado, nos hace nacer de nuevo y nos da una vida con esperanza renovada. Además de la garantía de la salvación que nos da en Cristo, tiene para cada uno de nosotros preciosas promesas, que son fieles y verdaderas y que están guardadas para nosotros en el cielo, pero disponible y lista para ser entregadas en el momento que necesitamos y que solo debemos tomarla por fe y confianza en aquél que nos prometió. Por lo tanto, no se desanimen aunque hayan sufrido engaños con falsas promesas humanas. Dios es Fiel y todo lo que ha prometido se cumplirá en su debido tiempo. Con esta esperanza puesta en las promesas de Dios, ¡alabe a Dios y Padre nuestro por su maravilloso amor!

Los abraza en Cristo. P. Sosa

miércoles, 24 de febrero de 2021

Para meditar y reflexionar

 

Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no decimos la verdad. Pero si reconocemos ante Dios que hemos pecado, podemos estar seguros de que él, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.

Si decimos que nunca hemos hecho lo malo, hacemos que Dios aparezca como un mentiroso, y no hemos aceptado el mensaje que él nos ha dado. 1 Juan 1

¡Qué desafío nos presenta este pasaje bíblico! ¡Vivir en la luz en medio de tanta oscuridad! ¡Buscar la unidad cuando más cuesta aceptarnos! ¡Caminar en la verdad en medio de tanto engaño! ¡Asumir responsabilidad cuando nadie se hace cargo de nada! ¡Dejar de pecar y vivir en santidad! Todo esto es lo que el Señor Jesucristo nos enseña, forma parte de la nueva vida en Cristo, y cuando decidimos seguir a Cristo también aceptamos su enseñanza, y en el poder de su Espíritu debemos vivir en ella. Porque no es con ejército, no es con fuerza sino con el Espíritu de Dios, ha dicho el Señor.

Practicando esto en el diario andar, hará que las relaciones personales también mejoren, y haya un ambiente de paz y seguridad, tan necesaria en estos tiempos de mucha violencia familiar, religiosa, política y social.

Los abraza en Cristo. P. Sosa


 

¡Creer es necesario!

 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.  El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.  Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.  Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto.  En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios. Juan 3:17-21

Hay cosas que se pueden creer o no creer y que no afecta para nada la vida de una persona. Sin embargo no creer en el amor de Dios y la obra redentora del ser humano por medio de Cristo, ¡es algo terrible! Porque afecta la vida pasada, presente y futura de la persona, y no solo en este mundo sino también en la eternidad. Usted puede pertenecer a una religión y creer todo lo que ahí le dicen, pero eso no cambia nada en su vida, sin embargo pertenecer a Dios y creer en su palabra ¡es maravilloso! porque afecta su vida con cambios importantes que hace de usted una persona nueva. Por lo tanto es necesario creer a Dios y creer en Jesús, eso hace la diferencia entre una vida con propósito o una vida sin sentido, entre la salvación y la condenación eterna del ser humano.

Su vida, es algo rutinaria, sin sentido, o ¿tiene un propósito que le da sabor a su existencia?

Los abraza en Cristo. P. Sosa

domingo, 7 de febrero de 2021

La salvación del hombre.

 

Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?

Ellos contestaron: Cree en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación tú y tu familia. Hechos 16:31

Toda persona en algún momento de su vida pasa por algún problema o dificultad, y tiene la necesidad de que alguien le salve o le saque de esa situación, por la cual está atravesando.

Pasa en todos los niveles de la sociedad, y en todas las naciones, siempre hay personas que se meten en algún problema difícil de salir con sus propias fuerzas. Quizás le haya pasado a usted, sin darse cuenta llegó un problema a su vida, nos pasa a todos es en el ámbito físico o material.

Las Sagradas Escrituras nos dice; Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Romanos 3:23. Esto sí que es un verdadero problema para el ser humano, en el ámbito espiritual, y ninguna religión o persona puede solucionar, porque tiene que ver con el reino de Dios. Cristo Jesús, el Dios hecho Hombre, es el mediador que toda persona necesita para solucionar el problema de acercamiento a Dios. Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús. Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos. 1 Timoteo 2:3

¿Qué debo hacer para ser salvo? Fue la pregunta del carcelero que custodiaba a Pablo el apóstol. Y esa sigue siendo la pregunta que toda persona se hace en momentos de mucha angustia, tristeza y soledad. La respuesta sigue siendo la misma que el apóstol le dijo al carcelero. ¡Cree en el Señor Jesucristo! Algo tan sencillo pero a la vez tan difícil. Porque la persona quiere hacer un sacrificio para obtener la salvación. Pero Cristo ya pagó el precio por medio de su sacrificio en la cruz. Ahora todo lo que hay que hacer es creer y aceptar.

Usted ¿Creyó en Cristo? ¿Lo aceptó como su salvador personal? ¿Está seguro de su salvación? Dios quiera que haya tomado la hermosa decisión de rendir su vida al Señor.

Porque en ningún otro hay salvación, solo en el Nombre de Jesús.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

El único confiable es Dios.


 

miércoles, 3 de febrero de 2021

¡Recordando!

  

Cuando uno llega a viejo y comienza a recordar,

¿Cómo fue cuando era chico, como pasó su niñez?

Va descubriendo momentos por las marcas de la vida,

Si la infancia ha sido buena, siempre la recordaras,

En cambio, del sufrimiento, no te querrás acordar,

Sin embargo en tu mirada, ocultarlo, no lo puedes.

 

La persona solitaria, tosca y de pocas palabras,

Manifiesta sufrimiento, rechazos y soledad,

Una infancia muy sufrida al tener que trabajar,

Quizás no tuvo amigos, ni tiempo para jugar,

Una cicatriz que habla de una herida más profunda,

Un recuerdo de la infancia, que no se olvida por nada.

 

Recordar lo que se vive, eso es un duro trabajo,

Entre alegría y tristeza, van surgiendo los recuerdos,

Lo que no se borra nunca, es la vivencia temprana,

La vieja casa paterna, la abuela y sus empanadas,

Las tardecitas de campo, el tajamar, las lecheras,

Fueron lindas experiencias de gozo y felicidad.

PS 03.02.21