Ustedes son la sal de este mundo.
Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve
para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Mateo 5:13
¿Cómo podemos ser sal? ¿Cuáles son
las cualidades de la sal?
Es interesante pensar en la sal. Con
ella se da el sabor a las comidas, y se utiliza para conservar carne en buen
estado fuera de la heladera, evita la putrefacción en algunos alimentos. También
se debe recordar que la sal en exceso, hace que los alimentos sean incomibles,
y también trae sus complicaciones en la salud humana, pero, la falta de sal
deja sin sabor. Así que, hay que ser muy equilibrados con el uso de la sal.
Ahora bien, pensemos en nuestras
vidas, ¿Ponemos sabor al ambiente dónde estamos? ¿Ayudamos a que las vidas que
nos rodean no se deterioren? ¿Buscan estar con nosotros?
A usted le habrá pasado que, le gusta
estar con alguna persona en particular, que le hace bien escucharla, aunque a
veces los encuentros sean ocasionales y con personas no muy conocidas. Así también pasa con usted, aunque muchas
veces no se da cuenta, habrá personas que le buscan porque les hace bien estar
con usted, le gusta pasar tiempo al lado suyo, le gusta escuchar lo que usted
dice, le gusta su comportamiento, le agrada su vida. ¿Sabe por qué? Porque
usted estando en Cristo, sin proponerse le da sabor a la vida de esa persona,
pone esperanza, le inyecta fe, despierta confianza. Y usted quizás no se dé
cuenta, pero está siendo sal para la vida de esas personas. Por lo tanto
continúe fortaleciendo su comunión con El Señor Jesucristo, y seguirá poniendo
sabor a la vida donde quiera que esté. Donde hay un enfermo, traerá sanidad,
donde hay desánimo, dará fortaleza, donde hay tristeza pondrá alegría y donde
hay derrota, mostrará una vida victoriosa en Cristo.
Mientras usted sea sal en este mundo,
nadie podrá pisotearla, aunque lo intenten, porque usted es necesario y útil en
el lugar que Dios le puso, en su familia, en el trabajo, con los amigo, en el
barrio y en todo ámbito donde usted se mueva. Que la presencia maravillosa del
Espíritu de Dios, le enseñe, capacite y fortalezca para cumplir con este
propósito divino.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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