miércoles, 23 de septiembre de 2020

Para reflexionar

 

Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Mateo 5:13

¿Cómo podemos ser sal? ¿Cuáles son las cualidades de la sal?

Es interesante pensar en la sal. Con ella se da el sabor a las comidas, y se utiliza para conservar carne en buen estado fuera de la heladera, evita la putrefacción en algunos alimentos. También se debe recordar que la sal en exceso, hace que los alimentos sean incomibles, y también trae sus complicaciones en la salud humana, pero, la falta de sal deja sin sabor. Así que, hay que ser muy equilibrados con el uso de la sal.

Ahora bien, pensemos en nuestras vidas, ¿Ponemos sabor al ambiente dónde estamos? ¿Ayudamos a que las vidas que nos rodean no se deterioren? ¿Buscan estar con nosotros?

A usted le habrá pasado que, le gusta estar con alguna persona en particular, que le hace bien escucharla, aunque a veces los encuentros sean ocasionales y con personas no muy conocidas.  Así también pasa con usted, aunque muchas veces no se da cuenta, habrá personas que le buscan porque les hace bien estar con usted, le gusta pasar tiempo al lado suyo, le gusta escuchar lo que usted dice, le gusta su comportamiento, le agrada su vida. ¿Sabe por qué? Porque usted estando en Cristo, sin proponerse le da sabor a la vida de esa persona, pone esperanza, le inyecta fe, despierta confianza. Y usted quizás no se dé cuenta, pero está siendo sal para la vida de esas personas. Por lo tanto continúe fortaleciendo su comunión con El Señor Jesucristo, y seguirá poniendo sabor a la vida donde quiera que esté. Donde hay un enfermo, traerá sanidad, donde hay desánimo, dará fortaleza, donde hay tristeza pondrá alegría y donde hay derrota, mostrará una vida victoriosa en Cristo.

Mientras usted sea sal en este mundo, nadie podrá pisotearla, aunque lo intenten, porque usted es necesario y útil en el lugar que Dios le puso, en su familia, en el trabajo, con los amigo, en el barrio y en todo ámbito donde usted se mueva. Que la presencia maravillosa del Espíritu de Dios, le enseñe, capacite y fortalezca para cumplir con este propósito divino.

Los abraza en Cristo. P. Sosa  

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