Dijo entonces Jesús a los que habían
creído en él: Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis
discípulos; y
conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:31-32
Si hay algo por el cual el ser humano está dispuesto a
luchar, es por ser libre y vivir en libertad. Lo triste es que no sabe o no entiende,
lo que es ser libre y vivir en libertad.
Por causa de ese falso concepto que tiene acerca de la
libertad, queriendo ser libre, vive esclavizado, y con cada decisión equivocada
se esclaviza aún más.
¿Qué es lo que hace que la persona buscando la libertad se
esclavice?
El hecho de no querer aceptar que Dios es el creador y
Soberano del universo, el dador de la vida y por lo tanto es Dios quien califica
para enseñar al ser humano lo que es vivir bien. Pero normalmente la persona no
acepta esto, y busca en la filosofía, en la educación académica o en la cultura
religiosa el estilo de vida que quiere tener, y en ellas encuentra buenas
intenciones de vida, los ideales a seguir, pero no la fuerza interior para
lograr.
El buen vivir no tiene que ver con lo que se tiene, sino con
lo que la persona es. Cuál es su concepto de la moralidad, que significa ser una
persona de bien tratar a los demás, y cuál es su pensamiento con respecto a la
eternidad. Todo eso es necesario preguntarse y saber si ha encontrado la respuesta sabia y correcta, que
lo encamine a una vida libre de prejuicios y de conceptos erróneos de la vida.
Aquí toma relevancia las palabras del Señor Jesús, porque la
libertad se fundamenta en la verdad, sin verdad no hay libertad. Esto lleva a
reflexionar que en Las Sagradas Escrituras está la verdad, Jesús dijo;
santifícalos en la verdad, tu palabra es verdad, y en otra ocasión dijo; Yo soy
la verdad. Es por todo esto que hay que buscar en Cristo y su palabra, la
verdadera libertad. Esa verdad que está fundamentada en principios de vida
establecido por Dios, para que la persona viva en plenitud la libertad que Dios
el creador le ha concedido. El apóstol Pablo escribió; Estén, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo
libres, y no estén otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
Sólo y únicamente en Cristo hay libertad, fuera de él nada,
por más que el ser humano quiera negar que sea así. Por último; solo hay dos
alternativas para la persona, o es libre en Cristo, o es esclavo del pecado.
Yo, estoy libre en Cristo, ¿y usted?
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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