Para pensar, reflexionar y vivir por
estas enseñanzas de la palabra de Dios.
Hijo mío, si haces
tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la
sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la
inteligencia
y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios.
y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y
ciencia brotan de sus labios. Él reserva su ayuda para la gente íntegra y
protege a los de conducta intachable.
Él cuida el
sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. Entonces comprenderás
la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino; la sabiduría vendrá a
tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida.
La discreción te
cuidará, la inteligencia te protegerá. La sabiduría te librará del camino de los
malvados, de los que profieren palabras perversas, de los que se apartan del
camino recto para andar por sendas tenebrosas, de los que se complacen en hacer
lo malo y festejan la perversidad, de los que andan por caminos torcidos y por
sendas extraviadas; te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras
seductoras que, olvidándose de su pacto con Dios, abandona al compañero de su
juventud. Ciertamente su casa conduce a la muerte; sus sendas llevan al reino
de las sombras. El que se enreda con ella no vuelve jamás, ni alcanza los
senderos de la vida. Así andarás por el camino de los buenos y seguirás la
senda de los justos. Pues los íntegros, los perfectos, habitarán la tierra y
permanecerán en ella. Pero los malvados, los impíos, serán desarraigados y
expulsados de la tierra.
Bendiciones
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