¿Es buena, mala o necesaria?
Pues es un tema que trae
muchas controversias.
Algunos dicen que es
buena, otros dicen que es mala.
Y usted ¿qué piensa?
Pues creo que las personas
continuamente discriminamos consciente o inconscientemente. Todo depende para lo
que se utilice, si es para menospreciar, es malo. Si es para dar mayor valor y
reconocimiento, es bueno y necesaria.
Buscando en el diccionario de la lengua castellana, encuentro
esta definición.
DISCRIMINAR, significa Diferenciar,
Discernir. Seleccionar.
DIFERENCIAR, significa hacer distinción, mostrar la diferencia. Dar a cada
persona o cosa su valor.
DISCERNIR, significa percibir la diferencia.
Esto nos muestra que no es
buena ni es mala, sino más bien necesaria para encontrar la idoneidad en lo que
se emprende, se busca o se quiere lograr.
Como ejemplo, pensemos que
a principio del año 20l4 en el Vaticano se eligió un Papa, y en ese acto hubo
que discriminar para llegar a escoger a uno entre varios postulantes.
También cuando hay
elecciones hacemos lo mismo para elegir autoridades que gobiernen nuestra
Nación, Provincia o Ciudad. Asimismo en los clubes, sociedad de fomento,
cooperadora, congregaciones, etc. se usa la misma metodología, porque debemos
discriminar y escoger la persona capaz e idóneo para desempeñar el cargo o
función,
Pero debemos tener cuidado
como utilizamos la discriminación y con qué propósito.
Si la orientamos para el
desprecio hacia los demás, es mala y perversa. Pero si la utilizamos para
descubrir lo mejor de cada uno, es buena y saludable. Recordemos que aún
nuestro Señor Jesucristo cuando comienza su ministerio terrenal escoge a doce
para que sean sus discípulos. (Marcos 3:13-19)
Al seleccionar se le
otorga el verdadero valor a la persona, y podemos
ayudarle a desarrollar funciones y tareas acorde a su capacidad e idoneidad.
Eso también haría que se sienta cómoda cumpliendo el propósito para el cual
vino a este mundo o para lo cual se lo elige. Y evitaríamos ponerles en lugares
donde son ridiculizados y menospreciados por causa de su condición física o
mental o falta de idoneidad o capacidad para realizar la tarea encomendada.
Cada persona es muy importante y valiosa
a los ojos de Dios, y así debemos considerarlas nosotros también, pero en el
lugar correcto y apropiado para ella.