Pero que vivan alegres todos los que
en ti confían; ¡que siempre canten de alegría bajo tu protección! ¡Que sean
felices todos los que te aman!
Tú, Dios mío, bendices al que es
bueno, y con tu amor lo proteges. Salmo: 5-11-12
Cuando una persona se siente segura y
confiada. ¡Qué inmensa alegría hay en su ser! No puede ser de otra manera, pues
no habrá nada ni nadie que lo inquiete, puede disfrutar de lo que le gusta sin
tener sobresalto. Claro son muy pocas las personas que están en esa situación
inmejorable. ¿Por qué? por la sencilla razón que no todas las personas están
dispuestas a confiar únicamente en Dios, su confianza ponen en distintas cosas
según la necesidad que tengan, como ser; su propia habilidad para resolver el
problema, o el dinero que puedan conseguir para saldar las deudas, y porque no un
amigo influyente que le dé una mano, pero todo eso es pasajero y muy incierto,
entonces la persona se siente insegura y trata en su fuerza de resolver esa
situación, pero no siempre lo consigue.
En cambio aquellas personas que toman
la decisión de confiar solamente en Dios, por más que la respuesta tarde en
llegar, se sienten seguras y protegidas, sabiendo que Dios les ama y que nada,
absolutamente nada le tomará por sorpresa, porque Dios cuida de ellas. Eso hace
que vivan alegres, cantando canciones de alabanzas, felices de tener alguien
que no les falla en ninguna circunstancia, que siempre llega a tiempo. Se
cumple la palabra que dice; Mi Dios suplirá todo que haga falta conforme a su
riqueza en gloria en Cristo Jesús.
¿Está experimentando esta confianza?
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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