sábado, 14 de noviembre de 2020

¡Seguridad!

 

Qué bueno es estar seguro, cuando la tormenta ruge,

Protegido y a resguardo, sin temor a que me dañe,

Aunque nada puedas ver, y creas que tú estás solo,

Basta con cerrar los ojos y abrir el corazón,

Aunque no digas palabras, Dios escucha tu clamor,

En el lugar donde estés, hará que todo se llene,

De una calma divina con la presencia de Dios.

 

Ese Dios tres veces Santo, que con su amor nos envuelve,

Y en su gran misericordia Él escuchará mi ruego,

Él sabe que yo soy polvo, que necesito su ayuda,

Me tomará entre sus brazos, me brindará su consuelo,

Quitará toda inmundicia y sanará toda herida,

Me ungirá con aceite, me vestirá con ropas nuevas,

Diciéndome al oído, no temas, ¡solo confía!

*PS

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