Es tiempo que pensemos en lo que
estamos viviendo, no solamente nosotros sino también el mundo entero. Este
momento tan particular de nuestra historia nos tiene que llevar a reflexionar
con respecto a nuestras conductas y actitudes, cuanto estamos dispuestos a
valorar al otro, dejando de lado nuestro egoísmo, no solo con los de afuera
sino más bien con los integrantes de la propia familia. Esta situación obliga a
permanecer más tiempo junto unos a otros en espacios reducidos como son los
hogares, o el ámbito donde se desarrollan las tareas diarias, en esos ámbitos,
muchas veces hay que ceder espacio al otro o perder algo de privacidad. Eso
molesta, no siempre cae bien, pero es necesario hacerlo, para una armoniosa
relación de convivencia, por eso las Sagradas Escrituras tiene buenos consejos
para dar a cada uno que quiera escuchar y de esa manera pasarla bien, aun en
las peores circunstancias.
Las Sagradas Escrituras dicen: Vivan
siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente
humilde. No se crean más inteligentes que los demás.
Si alguien los trata mal, no le
paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a
todos. Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el
mundo. Queridos amigos y hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que
Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: A mí
me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido. Y también dice: Si
tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás
que le arda la cara de vergüenza.
No se dejen vencer por el mal. Al
contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien. Romanos 12:9
El quedarse en la casa por motivos de
evitar el contagio, debe sacar lo mejor de cada persona, la generosidad, el
respeto, la responsabilidad, esto debe llevar a la práctica de la misericordia,
la fe, el amor, el dominio propio, en fin todas estas cosas que son necesarias
para una buena y pacífica convivencia y saber que Dios está dispuesto para
ayudarnos a que esto sea posible, no por un día, sino a lo largo de toda
nuestra vida. Es posible cuidarse unos a otros y pasarla bien alegrándonos el día a
día.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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